Un artefacto remanente de los terroristas de la organización radical del Estado Islámico –Daesh en árabe- explotó en el barrio al-Sina en la capital provincial Deir Ezzor y cobró la vida de dos niños y lesionó a otros dos que jugaban en el lugar, informó el personal médico del hospital provincial.
Un similar incidente ocurrió en la localidad de al-Murat en el campo de esta gobernación oriental y mató a un infante mientras dos resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.
Los radicales colocaron bombas y minas en las calles, casas y tierras agrícolas en un intento de frenar el avance del Ejército sirio, y la explosión de esos artefactos causa decenas de víctimas mortales entre los civiles desplazados que retornan a sus hogares.
Según un informe del Observatorio de Minas, Siria registró el mayor número de víctimas anuales en 2020 con dos mil 729 muertos y heridos por culpa de minas terrestres y restos de artefactos explosivos.
Los militares sirios, con el apoyo de Rusia y otras naciones amigas, ejecutan labores de rastreo y desminado en las zonas liberadas con el fin de asegurar el retorno a la normalidad.