El portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Zhao Lijian, ha anunciado este jueves la imposición de sanciones a cinco personas estadounidenses, en respuesta a las medidas tomadas por EE.UU. contra funcionarios chinos por los asuntos de Hong Kong.
Las figuras sancionadas por Pekín son el exministro estadounidense de Comercio Wilbur Ross; la presidenta de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad entre EE.UU. y China, Carolyn Bartholomew; Jonathan Stivers, exdirector de personal de la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China; DoYun Kim, del Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales; y el gerente de programas del Instituto Republicano Internacional (IRI) Adam, Joseph King.
De hecho, estas personas ya están prohibidas de ingresar al territorio chino y se congelarán sus activos en el gigante asiático, además de que no pueden tener transacciones con ciudadanos e instituciones chinos.
Asimismo, el vocero chino ha instado a Washington a revocar sus supuestas sanciones a chinos y dejar de interferir en los asuntos de Hong Kong, prometiendo que Pekín tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar sus intereses nacionales y su dignidad.
Ya con anterioridad, los individuos estadounidenses en cuestión habían sido incluidos en la lista de embargos del gigante asiático, sin embargo, es la primera vez que se anuncian medidas restrictivas detalladas, según el diario oficial chino Global Times.
En julio, el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a siete personas, todos subdirectores de la oficina de enlace de China en Hong Kong y advirtió a las empresas internacionales sobre los riesgos de hacer negocios en esa ciudad semiautónoma del gigante asiático.
La Casa Blanca ha impuesto varias rondas de sanciones contra Pekín desde que éste aprobara, a finales de junio de 2020, la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, que tipifica los crímenes y penas por acciones de separatismo, subversión, terrorismo y conspiración de países extranjeros contra la soberanía de China.
A pesar de que Washington, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) alegan que dicha ley constituye una “violación” de la autonomía de la isla, Pekín ha rechazado tales declaraciones, dejando claro que todos los temas relativos a esa región semiautónoma se circunscriben a la soberanía china.