La aparición inesperada del submarino USS New Mexico cerca de las fronteras del norte de Rusia obligó al ejército ruso a tomar medidas rápidas para bloquear el submarino estadounidense. Por el momento, el submarino estadounidense, que transporta misiles de crucero Tomahawk, permanece en aguas territoriales de Noruega, pues su acercamiento a las fronteras rusas es imposible debido a las medidas adoptadas.
Actualmente, el submarino USS New Mexico se encuentra a tan solo 400 kilómetros de la frontera rusa. Esta distancia puede ser cubierta por esta nave en menos de un día. Sin embargo, dado el enfriamiento actual de las relaciones entre Rusia y EEUU, los posibles intentos de un submarino nuclear estadounidense de aproximarse a las fronteras rusas no quedarían sin consecuencias.
Rusia monitorea constantemente el movimiento de submarinos extranjeros y tiene datos operativos sobre su posición exacta. En el caso de un intento de acercarse a las aguas territoriales rusas, el submarino simplemente quedaría bloqueado en aguas internacionales, y los intentos de entrar en las aguas territoriales rusas conducirían a la destrucción total del submarino.
Hasta el día de hoy, Rusia está armada con contramedidas electrónicas que pueden desactivar fácilmente los sistemas de navegación de un submarino nuclear de EEUU o suprimir sus comunicaciones con el mando de la Marina de EEUU.