Las fuerzas ucranianas bombardearon el miércoles varias veces la región del Donbás, en el este de Ucrania, donde se encuentran las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk; esta última denunció estos ataques como violación al alto el fuego estipulado en los acuerdos de Minsk, suscritos para poner fin al conflicto en dicha zona.
En una rueda de prensa mantenida el jueves, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que la situación en el Donbás, limítrofe con Rusia, se ha tornado “muy peligrosa”.
“Siempre está al acecho el riesgo de pasar de la calumnia a las consecuencias que causarían un nuevo estallido de guerra en las inmediaciones de nuestras fronteras”, advirtió en una rueda de prensa.
Subrayó también que independientemente de que así sea, Moscú mantiene una posición de responsabilidad y espera el diálogo de sus socios, recordando que el país euroasiático ya ha articulado su respuesta a Occidente sobre las garantías de seguridad en Europa.
No obstante, Rusia no aceptará reclamos y quejas sobre la forma en que mueve las fuerzas militares en su territorio, debido a que esto es el derecho soberano de Moscú y no tiene la intención de discutirlo con nadie, dejó claro el vocero en alusión a la información de que el país euroasiático supuestamente continúa enviando sus tropas a su territorio que linda con Ucrania.
Según las autoridades rusas, el despliegue de las tropas del país cerca de Ucrania se debe a la necesidad de defensa y disuasión ante la amenaza de un posible ataque por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por EE.UU., y sus cómplices ucranianos.
Rusia y Occidente, con Ucrania en el centro, viven una escalada de tensiones, disparadas después de que varias fuentes publicaran sobre imaginarios planes rusos para invadir el territorio ucraniano.
Moscú, no obstante, ha rechazado una y otra vez tales acusaciones y ha indicado que se trata de un ataque mediático para desviar la atención global de su iniciativa de distensión que propuso al Occidente. Con todo, el país euroasiático no ha descartado de hacer una “respuesta militar” en el caso de una amenaza contra su territorio.