El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó de «fascismo puro» la censura que han hecho algunos países y organismos contra Rusia, que además de apuntar hacia lo económico y financiero, ha abarcado las áreas culturales y deportivas.
Durante la Cumbre Internacional contra el Fascismo en Caracas, el mandatario respaldó las palabras de la periodista y rectora de la Universidad Internacional de las Comunicaciones, Tania Díaz, quien hizo referencia a esta censura.
«No solamente hacen con Rusia una censura global, sino que además atacan su cultura, atacan sus expresiones deportivas, es decir, una política de aniquilamiento moral que le hacen a un país y a una cultura«, dijo Díaz.
A ello, el mandatario respondió: «Fascismo, fascismo puro».
Romper con el relato de Occidente
Justo en medio de esa censura contra Rusia y algunos países progresistas, Maduro invitó a los trabajadores de la comunicación a romper con el relato y la hegemonía de Occidente.
«Eso tiene que ser una gran objetivo de las fuerzas que articulemos, romper la hegemonía del relato, la narrativa, el mensaje y la mentira de Occidente contra el surgimiento de un mundo distinto, de un mundo multipolar, de un mundo pluricéntrico», comentó.
El mandatario hizo una comparación entre los hechos ocurridos entre el 11 y 12 de abril de 2002 en Venezuela, cuando se dio el golpe de Estado contra el gobierno de Hugo Chávez, con lo que se intenta imponer a Rusia actualmente, que incluye bloqueos contra los portales informativos RT y Sputnik.
«Con el conflicto de Ucrania somos testigos de cómo Occidente ha decidido disminuir las brechas de libertad, cómo Occidente ha decidido ‘cartelizar’ medios y mensajes, cómo Occidente ha decidido construir un relato de guerra que justifique lo injustificable en los escenarios de Ucrania y en los escenarios de escalada posible en los conflictos del mundo», indicó.
Sin embargo, dijo que, en contraparte, en la actualidad, «desde las redes sociales, desde todos los ángulos y puntos de vista del mundo se resiste y se rompe todos los días la hegemonía comunicacional, la dictadura comunicacional de Occidente».