A medida que los costos de la energía continúan aumentando gracias a las sanciones a Rusia, el diario alemán Bild ha recomendado los alemanes que se duchen menos.
En medio de la discusión en el país sobre un posible embargo total de energía a Rusia, han comenzado a aparecer artículos sobre los supuestos beneficios para la salud de ducharse menos.
En un artículo titulado «Basta con lavar estas cuatro partes del cuerpo: por qué la piel se limpia sola si la dejas», el periódico alemán Bild cita el consejo del ministro de economía, Robert Habeck, quien ha pedido a los ciudadanos que reduzcan el consumo de calefacción, sauna y duchas para ayudar al país a reducir su dependencia de la energía rusa.
El artículo afirma que evitar las duchas les da a las bacterias buenas la oportunidad de propagarse, lo que ayuda con las afecciones de la piel y también consume las sustancias responsables del olor corporal.
“De esta manera, [la piel] se limpia sola”, afirma el artículo, argumentando dudosamente que evitar lavarse el cuerpo en realidad hará que huela mejor.
El artículo cita al dermatólogo Yael Adler, quien afirma que evitar las duchas durante tres semanas hace que “los olores desaparezcan y la piel comience una especie de proceso de autolimpieza”.
Según Adler, los alemanes pueden ahorrar energía y mantenerse lo suficientemente limpios lavando solo cuatro áreas del cuerpo, las nalgas, las axilas, los pies y la ingle.
El artículo se publicó después de que Klaus Mueller, jefe de la Agencia Federal de Redes de Alemania, preguntara a sus compatriotas “si realmente necesitan darse una ducha caliente los siete días de la semana, con calefacción de gas”.
Como destacamos anteriormente , el ministro del gobierno, Peter Hauk, también les dijo a los alemanes que deberían hacer frente a los altos costos de la energía simplemente apagando la calefacción y usando suéteres más cálidos.
Antes de que comenzara la guerra, Alemania importaba el 55 por ciento de su gas de Rusia junto con un tercio de su petróleo y el 45 por ciento de su carbón.
Seguramente los ministros del gobierno, los tecnócratas alemanes y los grandes capitalistas tomarán la iniciativa de reducir voluntariamente sus propios niveles de vida en solidaridad con aquellos que no pueden permitirse el lujo de no hacerlo.
