En un mensaje emitido el sábado en Telegram, el presidente de la Duma Estatal (Cámara Baja) de Rusia, Vyacheslav Volodin, denunció que la política de sanciones de Estados Unidos y sus aliados, al destruir los lazos económicos internacionales, está permitiendo la formación de nuevos puntos de desarrollo en el mundo.
“Estados Unidos, con sus propias manos, ha creado las condiciones para que los países dispuestos a construir un diálogo igualitario y relaciones mutuamente beneficiosas establezcan realmente un nuevo grupo G8 con Rusia”, puso de relieve el titular ruso.
Adelanta que el nuevo grupo incluiría a China, India, Rusia, Indonesia, Brasil, México, Irán y Turquía, con un 24,4 por ciento en términos del producto interno bruto (PIB) y paridad del poder adquisitivo por delante del grupo de países desarrollados, el G7, compuesto por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y EE.UU.
Sus afirmaciones tuvieron lugar en momentos en que Occidente, encabezado por Washington, ha impuesto una serie de sanciones a Rusia a raíz de la operación militar de Moscú en Ucrania, una medida que tiene como objetivo colapsar la economía del país euroasiático.
No obstante, Moscú asegura que las sanciones no afectan, como buscan sus impositores, a la economía rusa y deja claro que aprovechará esta circunstancia para su desarrollo y mayor independencia.
Por otro lado, Irán y Rusia, ambos blancos de los embargos estadounidenses, muestran un evidente estrechamiento de sus nexos bilaterales, fomentado por una visión común sobre temas económicos, militares, nucleares, con fines pacíficos.
En este sentido, el diario británico Daily Express reveló el 3 de junio que el mandatario estadounidense, Joe Biden, sufrió una humillación, luego de que Moscú firmara un importante acuerdo energético de 20 años con Irán.