La masiva respuesta de la población de los territorios donde se consultó a sus habitantes que prefieren ser rusos a quedarse en Ucrania (pensemos que el país de Zelenski ha bombardeado durante más de 10 años causando miles del muertos). A los causantes de la guerra no le gustó que la gente votara, ni que lo hiciera masivamente y mucho menos el resultado abrumador. El 85% de síes en las cuatro consultas, que tuvieron lugar en Zaporiya, Jersón, Lugansk y Donetsk.
Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, ha calificado de «farsa» los referendos y sostiene que estaban «predeterminados en Moscú». También el representante de la diplomacia de Washington, Antony Blinken, ha prometido que Occidente nunca reconocerá la anexión de territorio ucraniano por parte de Rusia.
Una postura similar a la del secretario general de OTAN, Jens Stoltenberg: «La farsa de los referendos, la retórica nuclear, combinada también con la movilización de las fuerzas armadas en Rusia, todo esto es una grave escalada del conflicto».