El ministro israelí de asuntos militares, Benny Gantz, ha comunicado este martes al medio local Kol Chai Radio, que el régimen de Israel no tiene la meta de venderle armas a Ucrania en su guerra con Rusia.
Los comentarios de Gantz producen después de que el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, avisara a las autoridades israelíes de que el envío de ayuda militar a Ucrania “destruirá todas nuestras relaciones interestatales”.
Al respecto, el exprimer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una entrevista con la cadena estadounidense MSNBC, rechazó la idea de suministrar armas a Kiev, declarando que podrían “acabar en manos de los iraníes”, sin ofrecer más detalles sobre tal hipótesis.
La noticia sale a la luz mientras el canciller ucraniano, Dmitri Kuleba, dijo el mismo martes que el país europeo enviará una petición oficial al régimen israelí pidiendo el suministro “inmediato” de sistemas de defensa antiaérea, el mismo aparato que hace días Israel dijo que no le sirve por ser ineficaz ante los misiles rusos.
Israel y Rusia, ¿aliados?
Las relaciones entre Rusia e Israel se han deteriorado desde el comienzo de la operación militar rusa en Ucrania, el 24 de febrero pasado, por el apoyo del régimen israelí a la Administración de Volodímir Zelenski.
Moscú asegura que Israel respalda a los neonazis en Ucrania y ha advertido de responder “en consecuencia” si es confirmado el apoyo a Kiev para golpear a las fuerzas rusas.
Los analistas dicen que el régimen de Tel Aviv se mantiene entre la espada y la pared, por un lado, tiene lazos con Rusia, país donde habita una larga comunidad de judíos, y, por otra parte, Israel está bajo presión de Estados Unidos para ofrecer paraguas a Ucrania.
Se puede añadir que Rusia tiene una fuerte presencia militar en Siria. Cualquier escalada rusa como respuesta a una ayuda directa militar a Ucrania por Israel, puede afectar drásticamente la capacidad ofensiva regional de este y degradar incluso la defensa territorial. Los S-400 emplazados en Siria son un verdadero reto para los pilotos de Israel. Los supersofisticados y «furtivos» F-35 son «pan comido» y como acaban de reconocer ellos mismos, su Cúpula de Hierro no podría contener un golpe de respuesta ruso. Israel es un Estado militarizado que proriza la fuerza para imponer su dominio (sobre Palestina) y amenaza o ataca permanente a muchas otras naciones vecinas. Por eso deben evitar cualquier crisis que demuestre debilidad militar evidente. Eso puede serles fatal. Por eso no deben arriesgarse a provocar al oso ruso. Lo tienen bien cerquita.