Las fuerzas estadounidenses presentes ilegalmente en Siria admitieron que su base militar ubicada en el llamado “Poblado Verde” en el campo petrolero de Al-Omar en la provincia oriental de Deir Ezzor, fue atacada con cohetes.
El Comando Central de las Fuerzas del Pentágono informó en un comunicado que “el ataque con misiles no provocó pérdidas humanas ni materiales, aunque reconoció que estos ataques ponen en peligro a sus fuerzas en la región.
En septiembre pasado, el ocupante estadounidense admitió que un ataque con misiles tuvo como blanco a su base en el área de Remelan, en el nordeste de Hasakeh.
Los ataques contra estos enclaves en Siria se incrementaron en los últimos meses mientras aumenta el rechazo popular a cualquier forma de ocupación de las tierras sirias.
Desde 2014, Washington estableció bases militares en la región nororiental siria de al-Jazira y en la de Al-Tanef, con el pretexto de luchar contra la organización terrorista “Daesh”, pero los hechos confirmaron posteriormente que el ocupante estadounidense tomó estas bases como punto para entrenar y reciclar a las organizaciones terroristas para utilizarlas en los ataques contra las posiciones del Ejército Árabe Sirio y las comunidades civiles en la extensa región desértica siria de Al-Badieh.