
Autoridades de Estados Unidos (EE.UU.) informaron este viernes sobre la posibilidad de disminuir su ilegal presencia militar en Siria en los meses venideros a menos de 1.000 soldados para, al igual que hace Israel en el suroeste sirio, ubicar a las fuerzas estadounidenses en sitios seleccionados y fortalecidos en ese país del Medio Oriente.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, anunció: «Hoy, el Secretario de Defensa ordenó la consolidación de las fuerzas estadounidenses en Siria, bajo la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada-Operación Resolución Inherente, en ubicaciones seleccionadas en Siria».
«Este proceso deliberado y basado en las circunstancias reducirá la presencia estadounidense en Siria a menos de 1.000 efectivos en los próximos meses», acotó Sean Parnell, quien no refirió en ningún momento la posibilidad de una retirada total, lo cual trasluciría una estrategia de control y apoyaría los planes expansionistas israelíes en la región.

Las tropas estadounidenses evacuaron la víspera tres pequeños puestos militares en el noreste de Siria y se retiraron a sus bases principales, aunque otros medios refieren que solo evacuaron uno.
Parnell añadió que EE.UU. mantendrá la capacidad de atacar a facciones remanentes del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico, creado por la Casa Blanca, al igual que hizo décadas atrás con Al-Qaeda (a este último lo culpó de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU.).
Washington y otras potencias occidentales financiaron a los grupos terroristas armados que llevaron a Siria a una cruenta guerra civil a partir de 2011. Estos «opositores» al expresidente Bashar Al Asad causaron cientos de miles de víctimas y desplazados.
En paralelo, militares de EE.UU. controlaban el 70 de los campos de hidrocarburos de Siria, ubicados en el este, y saquearon su petróleo y gas. Antes de 2011, Siria producía más de 380.000 barriles diarios de crudo. Esta cifra se redujo a 80.000. De ellos, 60.000 eran saqueados por las tropas estadounidenses y solo 15.000 eran utilizados por la nación siria (equivalía al 5 por ciento de las necesidades del país y obligaba a importar todo lo demás en medio de un feroz bloqueo económico).
Hasta inicios de 2024, los daños en el sector petrolero sirio como resultado de los actos de saqueo y sabotaje por parte de EE.UU. ascendieron a 115.200 millones de dólares.
El 8 de diciembre de 2024, la coalición terrorista Hayat Tahrir al Sham (anteriormente denominada Frente al Nusra) tomó la capital siria y proclamó el derrocamiento de Al Assad. El jefe de esa coalición, Ahmed al Sharaa (anteriormente Abu Mohammad al Jolani) en enero de 2025 asumió como presidente de facto.