El Departamento de Estado estadounidense confirmó haberse puesto en contacto con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) para informarle sus preocupaciones sobre la lista, cuya publicación por primera vez en 2020 desató el rechazo del régimen israelí.
El portavoz de la Cartera norteamericana, Vedant Patel, dijo el viernes a los periodistas que Estados Unidos “sigue oponiéndose a cualquier trabajo para modernizarla” y compartió sus preocupaciones “con la Oficina del Alto Comisionado” para los derechos humanos.
Según el vocero estadounidense, “esta base de datos también representa una amenaza real para las empresas que realizan negocios o están considerando hacerlo en la región”.
Patel afirmó que Washington cree que esta base de datos solo sirve para reforzar el prejuicio contra el régimen de ocupación de Tel Aviv, “que a menudo encuentra impulso en los pasillos de las Naciones Unidas”.
Eso mientras, tal y como denuncian los expertos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está perdiendo su legitimidad, pues está sometida a los intereses de EE.UU., que actúa a favor de Israel, régimen que comete cualquier tipo de crímenes contra el pueblo palestino.
En varias ocasiones, las autoridades palestinas han instado a la comunidad internacional a tomar medidas prácticas para poner fin a las políticas expansionistas del régimen israelí, cuyos asentamientos son considerados ilegales por las Naciones Unidas y la mayoría de los países del mundo.
No obstante, la falta de medidas prácticas por el organismo internacional incentiva a Israel para seguir sus crímenes.