Un tiroteo en el distrito 10 de la capital francesa, cerca del centro cultural kurdo Ahmet-Kaya, situado en el número 16 de la calle Enghien, dejó este viernes tres muertos y otros cuatro heridos.
A poca distancia de la escena, miembros de la comunidad kurda de París se enfrentaron con la Policía antidisturbios que disparó gases lacrimógenos para dispersar a los enojados manifestantes. Según los informes, los descontentos arrojaron proyectiles a los policías y al menos un automóvil sufrió daños.
El atacante, de 69 años de edad y de nacionalidad francesa, ha sido detenido con su arma. El sospecho fue puesto en libertad hace menos de dos semanas, ya que un tribunal aún investiga su participación anterior en actos violentos de “naturaleza racista”. En 2017 y 2022 fue condenado dos veces por cometer violencia armada.
“Él (el atacante) claramente estaba apuntando a los extranjeros”, dijo el ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, a los periodistas en el sitio, no obstante, agregó que “no era seguro” que el hombre tuviera como objetivo matar a “kurdos en particular”.
Las autoridades judiciales de la capital, quienes dirigen la investigación, dijeron que el sospechoso del ataque había sido acusado previamente de violencia racista. Sin embargo, los investigadores aún tienen que determinar oficialmente el motivo del ataque.
Si bien el tiroteo no ha sido designado como un ataque terrorista, la fiscal de París, Laure Beccuau, dijo el viernes que los investigadores no descartan posibles “motivaciones racistas” detrás del tiroteo.
Mientras tanto, el Consejo Democrático Kurdo de Francia (CDK-F), que utiliza el centro cultural como su sede, dijo en un comunicado que consideró el tiroteo como un “ataque terrorista”.
