Washington debe tener en cuenta que si continúa sus acciones «hostiles» contra Pionyang, esto podría considerarse como una «declaración de guerra», afirmó este viernes el director general del Departamento de Asuntos de EE.UU. de la Cancillería de Corea del Norte, Kwon Jong-gun, citado por la agencia KCNA.
En sus declaraciones a la prensa, el alto funcionario norcoreano se refirió a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada el lunes por EE.UU. y «sus seguidores» en la que se propuso condenar los recientes lanzamientos de misiles balísticos por parte de Pionyang. Subrayó que el país asiático está «muy disgustado» por el hecho de que «hayan incluido en la agenda el legítimo derecho de autodefensa de un Estado soberano», y añadió que si el organismo pretende verdaderamente promover la paz en la península coreana, «tendrá que condenar a EE.UU. y Corea del Sur por sus pasos para una escalada de las tensiones militares», como ejercicios militares conjuntos a gran escala.
«Si el Consejo de Seguridad de la ONU, cuyo deber es garantizar la paz y la seguridad mundiales, se retuerce entre los dedos de EE.UU., y sus fuerzas vasallas, y sirve de teatro donde la injusticia juzga a la justicia y los ilegales juzgan a los legítimos, como ahora, solo llevará a un resultado negativo y una mayor escalada de la tensión militar en la península coreana», señaló.
Aseguró que los intentos estadounidenses de privar unilateralmente el derecho a la República Popular Democrática de Corea (RPDC) a la autodefensa son «una abierta desconsideración y un imperdonable desafío«, y afirmó que Pionyang «nunca permanecerá como espectador pasivo».
De acuerdo con Kwon, la única manera de «evitar el círculo vicioso» de la escalada de tensiones militares en la península y sus alrededores, es que Washington «demuestre una postura clara y práctica, en particular la retirada de los compromisos de desplegar activos estratégicos en Corea del Sur y el fin de las maniobras conjuntas contra la RPDC».
«EE.UU. debe tener en cuenta que si continúa con sus prácticas hostiles y provocadoras contra la RPDC, a pesar de las repetidas protestas y advertencias del país, esto podría considerarse como una declaración de guerra contra la RPDC», subrayó.
Señaló que Washington también «debe comprender intuitivamente y aceptar las consecuencias» de tal hecho. También dijo que si el Consejo de Seguridad, «encabezado por EE.UU., vuelve a poner sobre la mesa el derecho de autodefensa de Corea del Norte, se tomarían las correspondientes y enérgicas contramedidas«.
Estas declaraciones se produjeron después de que el lunes 20 de febrero la parte estadounidense propusiera que el Consejo de Seguridad condenara las últimas pruebas de misiles balísticos norcoreanos, calificándolas de «desestabilizadoras«. Sin embargo, China y Rusia se opusieron a cualquier nueva acción del organismo, argumentando que una mayor presión más a Pionyang no sería constructivo.
El representante permanente adjunto de Rusia ante las Naciones Unidas, Dmitri Polianski, destacó que las pruebas de misiles norcoreanos son una respuesta ante las amenazas por parte de EE.UU. y sus aliados en la región. «Estamos convencidos de que el Consejo de Seguridad debe tener en cuenta todos los factores y las medidas que toman los Estados involucrados para tener un panorama completo de lo que está sucediendo», señaló. Según el diplomático, en la reunión «se habló mucho» sobre el lanzamiento de cohetes, pero «no se prestó atención» al hecho de que, en la jornada anterior, la República de Corea y Estados Unidos anunciaron ejercicios militares conjuntos.