La demagogia de los políticos profesionales del sistema es escandalosa, sobre todo la que esgrimen los cargos más elevados. En este caso concreto nos estamos refiriendo al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Este señor, que no para de gastar inmensas cantidades de dinero para enviar armas al gobierno neonazi de Ucrania, por poner un solo ejemplo, se lleva ahora las manos a la cabeza por el alto índice de pobreza infantil que existe en el país que gobierna.
Pedro Sánchez ha pasado por el auditorio de CaixaForum de Madrid. Aquí ha calificado de “demoledora” la conclusión de un estudio sobre la pobreza infantil. Así es como lo ha expresado: “La conclusión es demoledora: la pobreza infantil cuesta más de 63.000 millones de euros al año, el 5,1% del PIB anual, en cifras de 2019, ese es el coste de no erradicar la pobreza infantil”.
Obsérvese que para el presidente lo demoledor es lo que cuesta la pobreza infantil, no que existan niños y niñas en pésimas condiciones.
Durante la presentación del estudio “El coste de la pobreza infantil en España”, coordinado por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, Sánchez también ha expresado que “ninguna sociedad decente” debería “resignarse a esta injusticia” que supone la pobreza infantil y, por ello, ha destacado la importancia de “visibilizarla”.
En España se estima que la situación de pobreza afecta a más de dos millones de niños y niñas. Sánchez lo considera “intolerable”. ¿Y a quién se lo dice? ¿No es él el presidente del gobierno?