La crisis política entre las partes implicadas en el conflicto de Ucrania no cesa. Desde su inicio, EE.UU. y los aliados de Ucrania empezaron a enviar armas y, al mismo tiempo, decidieron imponer sanciones contra Moscú como una herramienta de presión para que abandone el campo de batalla.
Entre las medidas se puede mencionar las sanciones al crudo ruso y las limitaciones a su precio. Por una parte, los países occidentales dicen que la medida resulta efectiva. Por otro lado, Moscú asevera que no reconoce el tope a los precios en sus exportaciones de petróleo.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que los países occidentales, en particular los del G7, han fijado un techo, sin embargo, no existe ningún límite basado en el nivel de precios del mercado.
Mientras sigue la tensión entre Moscú y Occidente, desde Mink, informan que EE.UU. y Ucrania han intentado llevar a cabo una operación en territorio de Bielorrusia, país que se considera un aliado importante de Moscú.
Por su parte, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, afirmó que el presunto atacante recibió un entrenamiento completo y estuvo preparándose durante más de un mes. Por otra parte, en el campo de batalla, Rusia ha logrado victorias en la localidad de Bajmut.
Según el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigú, este control permitirá que se lleven a cabo más acciones ofensivas contra las líneas defensivas de Ucrania. También dijo que los países occidentales están intensificando el suministro de armamento y material militar a Ucrania.
En otro orden, también desde Pekín hablaron sobre el conflicto en curso, donde el ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, cuestionó el envío de armas de EE.UU. a Ucrania, mientras Pekín no debe enviar armas a su aliado ruso.
Dijo que la crisis ucraniana ha llegado a un punto crítico mientras se sigue echando leña a la situación. Señaló que ahora se necesitan calma, sensatez y diálogo.
