“Hay que elaborar enmiendas a la legislación para prohibir cualquier actividad de la CPI en el territorio de nuestro país, así como para establecer la responsabilidad por cooperar y apoyar a la CPI”, ha indicado este sábado, Viacheslav Volodin, máximo cargo de la Duma Estatal rusa.
Para el jefe de la Cámara Baja del Parlamento, Rusia debería allanar el camino para firmar pactos bilaterales con “los países amistosos” que adopten la misma medida respecto a cooperar y ayudar a la Corte que recientemente emitió una orden destinada a arrestar al presidente ruso, Vladímir Putin, por supuestos “crímenes de guerra” en Ucrania.
Además de restar importancia a las sentencias de la CPI y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, las cuales nunca serán aplicadas en Rusia, Volodin ha asegurado que tales organismos “están utilizadas por Washington para lograr sus objetivos”.
El jueves, el expresidente y ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, advirtió de que un eventual arresto de Putin equivaldría a declarar la guerra contra el gigante euroasiático.
Hay quienes consideran que tal medida, que no es más que otro escenario guiado por Occidente en el marco de su show rusófobo, va a tener efecto contraproducente, como lo fueron las sanciones con efectos adversos contra Rusia, pues ahora, en efecto, el nuevo dictamen hará que la popularidad de Putin se aumente todavía más.