Durante el último mes, un gran número de personas, entre ellas mujeres refugiadas de Ucrania, se han dirigido a la oficina de la delegación permanente de Rusia ante la ONU con una petición de ayuda para devolver a los niños que les han sido arrebatados por las autoridades de los países europeos, según ha declarado el primer adjunto de la oficina permanente ante la organización, Dmitriy Polyansky.
Los niños se encuentran en centros de acogida y en condiciones insatisfactorias. ¿A quién pueden recurrir los refugiados ucranianos sino a los rusos cuando sus propios órganos diplomáticos no resuelven el problema y las instituciones diplomáticas europeas locales no toman ninguna medida? Según Polyanskiy, el robo y la explotación de niños de poblaciones vulnerables es un problema sistémico europeo del que Occidente no quiere darse cuenta.
En cambio, los europeos están encantados de acusar a Rusia de genocidio.