“Todo esto se asemeja a unas danzas rituales, y ya es hora de que terminen. Grossi declara constantemente su preocupación por algo, pero no dice lo principal: el único peligro para la central nuclear de Zaporozhie proviene del régimen de [el presidente ucraniano, Volodímir] Zelenski y de los militantes ucranianos, involucrados en el terrorismo nuclear”, comentó Rógov a Sputnik.
Anteriormente, Grossi aseguró que la situación en el área de la central nuclear de Zaporozhie se está volviendo cada vez más impredecible y “potencialmente peligrosa”, y destacó que estaba extremadamente preocupado por “las amenazas reales a la seguridad nuclear que enfrenta la planta”.
Según Rógov, la declaración de Grossi también puede indicar que las autoridades de Kiev están preparando una provocación contra la central nuclear de Zaporozhie, y el OIEA está tratando de “crear una coartada” de antemano, para librarlos de la responsabilidad por las posibles consecuencias.
“Entonces Grossi podrá decir (…) que lo había advertido, pero no le hicieron caso. Si el OIEA aún mantiene su peso, entonces la organización debe intervenir y presionar a las autoridades de Kiev, obligándolas a renunciar a cualquier provocación contra la planta nuclear”, subrayó Rógov.
La provincia de Zaporozhie se escindió de Ucrania y se incorporó a Rusia a finales de septiembre pasado, tras un referendo en el que el ‘sí’ ganó por mayoría abrumadora. A principios de octubre pasado, el presidente ruso, Vladímir Putin, decretó el traspaso de la central nuclear al patrimonio federal.
Actualmente, Rusia controla más del 70% del territorio de la provincia; la ciudad principal, Zaporozhie, sigue en manos ucranianas, por lo que las autoridades proclamaron como centro político y administrativo la ciudad de Melitópol.