La primera, la victoria de Erdogan en Turquía. Tenía todo a favor tras la primera vuelta, pero Occidente no tiró la toalla intentando evitar su victoria. Una campaña agresiva, de miedo, y un ataque sin precedentes a la moneda turca, la lira, (salvada por la intervención de los países del Golfo, sobre todo Emiratos árabes Unidos) no han podido con él.
Con Erdogan al frente del país, la política occidental pierde pie de nuevo porque se reforzará la política ciertamente independiente de Turquía, jugando a dos bandas, como siempre, pero dejando muy claro que no se deja condicionar por Occidente. Un ejemplo: Turquía ha estado enviando al país 404, antes conocido como Ucrania, sus famosos drones “Bayraktar”, que han sido sistemáticamente barridos por los rusos, mientras que se ha negado a seguir las sanciones occidentales (ilegales, según el derecho internacional). Negocio redondo: yo vendo, tú destruyes y yo sigo cobrando. No debe extrañar, por lo tanto, el que Putin haya sido el segundo en felicitarle, tras el emir de Qatar. Todo un síntoma.
Mientras tanto, el pro-occidental Kilicdaroglu, en el mal perder de esta peña, dijo que los resultados “son injustos”. Ante este comentario, los partidarios de Erdogan tomaron las principales calles y plazas de Ankara y de Estambul para “parar otro Maidan” (sic), en referencia al golpe neonazi dado en Ucrania en 2014 arropado por Occidente. Pero la distancia de cuatro puntos largos es mucha para que se pueda argumentar fraude. A lo largo de las noche se fueron haciendo a la idea y tres horas después de los resultados oficiales reconocieron el resultado. Y, curiosidad o no, fue a partir de este momento cuando los occidentales reconocieron la victoria de Erdogan “para superar las diferencias”. El primero, Macron. Eso no descarta protestas arropadas por Occidente tras algún “informe” sobre irregularidades dentro de algún tiempo.
Una apuesta inmediata: no está muy lejos algún tipo de acuerdo Turquía-Siria tras la reincorporación de este país a la Liga Árabe.
La segunda, el anuncio de que Arabia Saudita está en conversaciones para incorporarse al Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS. Esto cobra una importancia crucial en unos momentos en los que se cada vez hay más candidatos a incorporarse a los BRICS, que celebrarán su reunión anual en agosto en Sudáfrica, y uno de ellos es Arabia Saudita.
La tercera, tras la visita del primer ministro ruso a Beijing de la semana pasada ya hay un primer resultado: 30 bancos rusos se han adherido al Sistema Interbancario de Pagos de China (CIPS), el sistema de transacciones financieras internacionales chino. Este sistema se creó en 2015 y en la actualidad trabaja con 1.437 bancos de todo el mundo. Es la alternativa al SWIFT occidental (11.000 bancos están en él), pero los chinos aún consideran que está en desarrollo, por lo que hablan de CIPS 1 y CIPS 2 como “fases de desarrollo” del sistema.
La cuarta, el sistema de tarjetas de crédito chino UnionPay ha superado a Visa por primera vez en el mundo. El sistema de pago chino se convirtió en el líder en términos de volumen de transacciones, con un 40,03% frente al 38,78% de Visa. Y da una paliza a MasterCard, que se queda con el 21’19% del pastel.
La quinta, China ha puesto en marcha sus propias agencias de calificación internacional para romper el monopolio occidental, sobre todo estadounidense, en este ámbito. Y lo primero que ha hecho ha sido rebajar la calificación crediticia soberana de EEUU en un escalón, de AAAg a AAg+ argumentando la crisis de la deuda. China devuelve así la pelota a Occidente, que a través de sus agencias de calificación marca el destino de las inversiones mundiales, y da un paso más en la nueva configuración de un mundo multipolar.
La sexta, China ha realizado el primer vuelo de un avión construido íntegramente en el país y con tecnología íntegramente china. Tiene capacidad para 192 pasajeros y una autonomía de vuelo de 5.500 km. No puede llegar a España o México, por poner dos ejemplos, pero sí sirve para cubrir distancias en el continente asiático y en otros continentes. Se rompe así el monopolio Occidental, de EEUU con el Boeing y de Europa con el Airbus. Ni que decir tiene que pronto veremos a otros países hacer pedidos de este avión puesto que ya se ha dicho que será bastante más barato que los occidentales.
P.D.- El Estado canalla (más conocido como España) se suma a la tendencia neofascistizante europea. Hace bueno el dicho de “Roma no paga a traidores”. Porque lo que ha hecho “el gobierno más progresista de la historia” (sic) en beneficio de la burguesía (lo único que hay que salvar es el aumento del salario mínimo) ha puesto la alfombra a los neofascistas, que han barrido en las elecciones municipales y autonómicas de ayer. Es lo que tiene la derechización y el servilismo constante. Algo que también ha pasado en Grecia con Syriza. Y es lo que también os dije no hace mucho: el neonazismo del país 404, antes conocido como Ucrania, es ya la norma en Europa. Hoy el modelo para los neonazis de todo el mundo no es la Alemania de 1940, sino la Ucrania de 2014 en adelante. Por eso toda Europa, la Europa vasalla de EEUU, actúa como actúa. Y solo la derrota total en el país 404, como ocurrió en la II Guerra Mundial con la Alemania nazi, puede salvar a la humanidad. Habrá que agradecer a Rusia, otra vez, la derrota de los neonazis.
Sobre el “índice de clima empresarial” que se pregunta es cómo el empresariado percibe las opciones para invertir, para hacer negocios tanto a nivel nacional como internacional. En el caso alemán, del que hablaba, indica que ha caído en un año casi un 10%. Y por eso, entre otras cosas, Alemania está en recesión.
El Lince