La OTAN anunció que esta semana realizará las mayores maniobras aéreas de su historia, un ejercicio masivo de movilización de su capacidad militar que constituye a pocos kilómetros de la frontera con Rusia, una provocación en toda regla.
Las maniobras, bautizadas «Air Defender», durarán 10 días, provocarán la suspensión de casi 1.000 vuelos comerciales y movilizarán a 250 aviones de 25 de los 30 países miembro de la Alianza. Con ellos serán movilizados más de 10.000 soldados.
El país que liderará las maniobras será Alemania y en ellas participarán también dos países que no son miembros de la organización militar noroccidental: Suecia (que ha pedido el ingreso) y Japón.
Las maniobras servirán para comprobar la operabilidad de los recursos aéreos de combate de la OTAN, desde los cazabombarderos Eurofighter, Tornado y Gripen hasta los drones de ataque Reaper pasando por helicópteros de ataque y de transporte de tropas, aviones de carga y aviones cisterna. La mayor parte de los ejercicios se harán a partir de tres bases militares alemanas.
Amy Gutmann, embajadora estadounidense en Berlín, señaló que le sorprendería que algún líder mundial no tomara nota de lo queestos ejercicios muestran “en términos de la fuerza de la Alianza. Y eso incluye a Putin”
