Según destacaron las autoridades este viernes a la agencia de noticias Sputnik, «durante la jornada se encontraron dos cadáveres más, por lo que la cantidad de personas fallecidas hasta el momento se eleva a 55, y aún es posible que sigan incrementándose».
Al otro lado del río Dniéper, en las zonas bajo control del ejército ucraniano, han muerto al menos 21 personas tras el derrumbe de la presa, según las autoridades.
Una parte de la presa hidroeléctrica de Kajovka, en el curso bajo del Dniéper, sufrió graves daños estructurales en la madrugada del 6 de junio, por un presunto ataque o acto de sabotaje del que Moscú y Kiev se acusan mutuamente.
Los destrozos provocaron una descarga descontrolada del agua desde el embalse de Kajovka e inundaciones en ambas márgenes del río, controladas respectivamente por las tropas de Rusia y Ucrania.
La central hidroeléctrica de Kajovka completa al sur una cascada de seis represas a lo largo del Dniéper.
Construida en la década de 1950, la presa se encuentra cerca de la ciudad de Nóvaya Kajovka, en un territorio bajo control de las tropas rusas y perteneciente a la provincia de Jersón, que se incorporó a Rusia a finales de septiembre de 2022, tras un referendo popular.
