Algunos políticos de Estados Unidos y otros países occidentales han hablado recientemente y con frecuencia de “reducir el riesgo”. De hecho, la llamada “reducción de riesgos” es solo otro término para el viejo truco del desacoplamiento. Es vino viejo en botella nueva.
En esencia, la retórica de “eliminar el riesgo” todavía tiene como objetivo contener el desarrollo y el desacoplamiento de China, pero de una manera más específica.
Como señaló un artículo en la revista estadounidense Foreign Affairs, al impulsar la estrategia de “reducción de riesgos”, Estados Unidos pretende limitar las capacidades de China en sectores que tienen implicaciones de seguridad nacional, como los semiconductores de vanguardia y otras tecnologías avanzadas, y restringir la influencia del mercado chino en el mundo.
En lugar de eliminar los riesgos, los movimientos de Estados Unidos que sirven a tal estrategia desestabilizarán las cadenas de suministro globales, socavarán los intercambios económicos internacionales y el orden, y causarán un enorme impacto en la globalización económica.
Después de todo, Estados Unidos, que nunca duda en mantener su hegemonía a toda costa, es la mayor fuente de “riesgos” del mundo.