Al referirse a la visión sobre el futuro de la educación en su nuevo informe de políticas, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, propuso una reforma educativa relevante y adaptada a las realidades modernas.
El titular de la organización mundial apuesta por una educación con inclusión social, con docentes como guías y tecnología como herramienta, en un muy complejo escenario mundial con unos 244 millones de niños sin escolarizar y más de 770 millones de jóvenes y adultos analfabetos, en su mayoría mujeres, según un comunicado de ese organismo internacional.
Guterres dijo estar convencido de que la transformación de la educación para cambiar el mundo pasa por «abandonar la visión estática tradicional de la educación y avanzar hacia sistemas de aprendizaje permanente adaptables y eficaces, y hacia la aparición de una verdadera sociedad del aprendizaje como contribución fundamental a la construcción nacional, la paz, los derechos humanos y a un desarrollo sostenible más amplio».
Sus recomendaciones apuntan, además, hacia «un nuevo consenso nacional y mundial en torno a los conocimientos, las aptitudes, las mentalidades y las capacidades que los alumnos deben adquirir en la educación, en un mundo en constante evolución», por lo que considera esencial reformar el entorno del aprendizaje.
En paralelo, recomienda reformular el papel de los profesores y el vínculo entre la educación y las tecnologías digitales, al tiempo que considera que la educación debe reconocerse como un bien público mundial con las correspondientes responsabilidades globales.
La triste realidad, según un informe de la ONU, es que casi la mitad de los menores refugiados en edad escolar, y uno de cada cuatro jóvenes están excluidos de la educación, el empleo o la capacitación.
Que mierda, a seguir embruteciendo. El docente no es guía al servicio de una tecnología. Debe ser educador, formador de nievas generaciones. Nada puede ni debe suplir el aprendizaje a partir de la humanidad