El diplomático explicó que la inestabilidad del sector y el alza de los precios de los hidrocarburos datan desde mucho antes de que comenzara el conflicto ucraniano.
“De abril de 2020 a diciembre de 2021, los precios mundiales del petróleo aumentaron de 25 a 78 dólares por barril. En 2021, los precios del gas aumentaron de 500 a 1.950 dólares por mil metros cúbicos”, afirmó Sofinski.
Para el embajador, la crisis responde, en primer lugar, a una transición energética acelerada mediante el aumento de los subsidios para las fuentes de energía renovables (FER), al tiempo que se redujo drásticamente la inversión en los sectores del petróleo y el gas.
Sofinski cita datos de la Agencia Internacional de la Energía que señalan que, entre 2017 y 2021, las inversiones en el sector del petróleo y el gas se redujeron en casi 100.000 millones de dólares y, durante el mismo periodo, el volumen de inversiones en energías renovables aumentó en 120.000 millones de dólares.
“La baja en los suministros de Rusia y el alza de los precios en Europa fueron provocados artificialmente y se deben a las decisiones de políticos occidentales y restricciones impuestas contra Rusia. En septiembre de 2022 el sistema de gasoductos ruso Nord Stream fue destruido por un atentado terrorista”, afirmó el jefe de la legación rusa en México.
“Occidente es el que utiliza la energía como arma”, sostuvo Sofinski, quien recordó que fueron Estados Unidos y sus aliados europeos los que tomaron una serie de medidas “antimercado” en contra de productores rusos de carbón y petróleo, lo cual, según él, condujo a una ruptura de las cadenas de suministro existentes, una redistribución de los flujos energéticos globales y un alza en los costos de transacción.
“Al rechazar el gas ruso por tubería, los europeos comenzaron a comprar el natural licuado a precios más altos, restando este combustible a los países en desarrollo que no tienen acceso al de tubería. En 2022, los suministros de Europa aumentaron 63% y se acercaron a los 170.000 millones de metros cúbicos. La UE llegó a ser el mayor consumidor de gas natural a escala global. Al comprar éste en todo el mundo, países de la UE han provocado un aumento de la volatilidad de los precios de este recurso”, explicó el embajador del país euroasiático.
Sofinski señala en su análisis que, detrás de la situación actual en los mercados de energía en Europa, “se nota el deseo de Estados Unidos de redistribuirlos de mala fe a su favor”.
“Las importaciones de gas estadunidense a los países de la UE aumentaron en 2022 a 56.000 millones de metros cúbicos en comparación con 22.000 millones en 2021. Las empresas estadunidenses se convirtieron en las beneficiarias de la crisis energética en Europa”, afirma el diplomático, que cita cifras de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de Estados Unidos, según las cuales los ingresos del país por exportación de mercancías a la UE aumentaron un 22% en 2022 (de 271.000 millones de dólares a 349.000 millones).
“ExxonMobil aumentó los ingresos de 23.000 millones de dólares a 56.000 millones, Chevron, de 16.000 millones de dólares a 35.000 millones; Cheniere Energy, de 16.000 millones a 33.000 millones de dólares”, ejemplifica el embajador.
Para Sofisnki, debido a estas circunstancias, los flujos de exportación de Rusia se reorientaron hacia Asia y otros mercados de desarrollo rápido lo que está permitiendo a muchos países del mundo fortalecer su seguridad energética y estabilidad económica
