De acuerdo con un reporte de la Administración Nacional de Energía (NEA), en los primeros siete meses de 2023 la capacidad para la generación de energía solar se expandió un 42,9 por ciento interanual a 490 millones de kilovatios.
Por otro lado, la energía eólica se situó en alrededor de 390 millones de kilovatios, un aumento anual del 14,3 por ciento.
China prioriza actualmente su inversión en energía renovable como parte de su búsqueda del desarrollo verde.
De hecho, los datos mostraron que entre enero y julio el gasto total de las principales compañías eléctricas del país en energía solar se disparó un 108,7 por ciento interanual a 161,2 millones de yuanes (22,39 millones de dólares).
Esto ocurre en medio de una notable reducción de las emisiones de dióxido de carbono en la última década, según el Centro Nacional de Estrategia de Cambio Climático y Cooperación Internacional.
Además, la tasa de cobertura forestal del gigante asiático aumentó significativamente al 24,02 por ciento y el stock forestal ya alcanza los 19,49 millones de metros cúbicos, lo cual supera el objetivo del país para 2025.
Aunque China anunció que alcanzará la neutralidad del carbono antes de 2060 y para ese objetivo prioriza el uso de energías limpias, se debe tener en cuenta que otras fuentes principales de polución del aire son las emisiones procedentes de los automóviles, los barcos y la maquinaria de construcción.