“Después de las 00:00 (20 de agosto) se registraron bombardeos de las fuerzas ucranianas en la dirección: 02:25 – localidad de Yasnobródovka – ciudad de Donetsk (distrito de Kievski): se dispararon dos proyectiles de 155 milímetros de calibre (munición de racimo)“, dice la publicación.
Se especificó también que a las 02:30 Ucrania volvió a abrir fuego contra esta zona de la ciudad, utilizando tres proyectiles de calibre 155 milímetros y a las 02:40 otra munición de racimo.
El 20 de julio, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca estadounidense, John Kirby, confirmó que bombas de racimo ya estaban desplegadas en Ucrania, y afirmó que las tropas de Kiev las han utilizado “de manera adecuada y eficaz”.
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que, hasta ahora, Moscú no ha tenido la necesidad de utilizar municiones de racimo, pero si se utilizan contra su país se reservarán “el derecho de tomar medidas recíprocas”.
En los últimos días, las fuerzas ucranianas aumentaron considerablemente el número de ataques contra los territorios fronterizos y las nuevas regiones de Rusia. Los bombardeos están complicando la situación humanitaria, dañando instalaciones residenciales y de infraestructura, además de provocar incendios.
Rusia sostiene desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania cuyos objetivos son proteger a la población de un genocidio por parte del régimen de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.
Los dos territorios se independizaron de Ucrania en 2014 y se adhirieron a Rusia en septiembre de 2022, tras celebrar sendos referendos.