Los resultados de la investigación mostraron que para los niños alemanes de 11 a 17 años, la educación en el hogar en los primeros meses de la pandemia coincidió con un deterioro de la salud mental. Esto se manifestó especialmente en niños pequeños y niños con espacio de vida limitado.
“Las escuelas fueron las primeras [instituciones] en cerrar y las últimas en abrir. Esto ha afectado a los más vulnerables desde el punto de vista de la salud mental”, afirma la coautora del estudio, la economista de la Universidad de Constanza Christina Felfe.
Los estudios anteriores han sido mixtos. Algunos mostraron un fuerte aumento de la depresión y la ansiedad entre los jóvenes durante la pandemia. Otros, la disminución de la demanda de atención de salud mental y las tasas de suicidio. Parte de los trabajos apuntaron a una disminución en el acoso escolar entre los escolares, incluido su formato en línea.
Alemania ha llevado a cabo un experimento natural para ayudar a los investigadores a distinguir los efectos del cierre de escuelas del impacto de una pandemia más amplia en la salud mental, ya que sus 16 tierras federales tienen el poder de determinar sus propias políticas escolares. Todos los Estados cerraron las escuelas entre el 16 y el 18 de marzo de 2020, pero cada uno siguió su propio calendario para enviar a los estudiantes de vuelta. Dentro de los Estados, las políticas también diferían según el grado: los estudiantes que se acercaban a la graduación, ya sea de la escuela primaria o secundaria, regresaban a la educación a tiempo completo a fines de abril, mientras que otros estudiantes se quedaban en casa hasta principios de junio.
Felfe y sus colegas compararon los horarios de apertura y cierre de las escuelas con una encuesta de 1.040 niños de 11 a 17 años en toda Alemania realizada por un consorcio nacional de investigadores entre el 26 de mayo y el 10 de junio de 2020. Encuesta preguntas como ” ¿te has Sentido bien y bien durante la semana anterior?”, y pidió a los jóvenes que evaluaran con qué frecuencia experimentaban tristeza, nerviosismo y una serie de otras emociones.
Al comparar las respuestas de los niños que regresaron a la escuela en diferentes momentos, los investigadores encontraron que las semanas adicionales en el hogar llevaron a un aumento en los problemas de salud mental y los síntomas depresivos.
En general, estimó el equipo, el cierre de escuelas resultó en una disminución del bienestar promedio del 11%. Los niños más pequeños fueron los más afectados, mientras que los niños mayores de 15 años tuvieron poco o ningún efecto.
Las semanas adicionales que pasaron en casa afectaron más a los niños que a las niñas. Según el coautor del estudio, Ulrike Ravens-Sieber, experto en salud infantil del Centro médico universitario de Hamburgo-Eppendorf, esto puede explicarse por el hecho de que las niñas tienden a desarrollar estrategias de afrontamiento más efectivas a una edad más temprana.
Encerrados en apartamentos más pequeños, los niños mostraron efectos negativos más fuertes. Estos hallazgos, informa Science, sugieren que la educación en el hogar afecta desproporcionadamente la salud mental de los niños más pobres.
Los investigadores también analizaron los datos de una línea directa nacional de salud mental. Descubrieron que donde se cerraban las escuelas, el número de llamadas sobre conflictos o problemas con maestros y compañeros disminuía, mientras que el número de llamadas sobre problemas familiares aumentaba.
Ravens-Sieberer dijo que, en general, los indicadores de salud mental alcanzaron un mínimo a fines de 2020 y desde entonces no se han recuperado a niveles previos a la pandemia. Sin embargo, Ravens-Siberer no se atrevió a asociar esto de manera inequívoca con las medidas restrictivas de 2020 del año y señaló entre los posibles factores la crisis climática y los combates en Ucrania.
Además, Ravens-Sieberer desaconseja el uso de sus hallazgos en la controversia sobre la conveniencia de cerrar escuelas en respuesta a la COVID-19.
“Todos tomaron la mejor decisión que pudieron en ese momento”, dice Ravens — Sieberer sobre los eventos de principios de 2020.
La próxima crisis de salud podría ser diferente, dijo, por lo que será difícil aprender directamente de la pandemia pasada.
Ravens-Sieberer, junto con colegas de nueve países de los cinco continentes, está investigando el impacto del cierre de escuelas en la desigualdad social y la salud infantil en todo el mundo.
