Las autoridades ucranianas se “equivocan” al erigir monumentos a los “asesinos”, es decir, a los colaboradores nazis como Stepán Bandera, expresó el embajador de Polonia en Kiev, Bartosz Cichocki, en una entrevista con BBC Ucrania publicada este sábado.
“Dicen que la guerra no es el momento de ocuparse de los muertos. Pero yo puedo responder: la guerra tampoco es el momento de erigir monumentos a los criminales y ponerles sus nombres a las calles”, afirmó Cichocki.
Según el diplomático, “en la cultura cristiana está mal que los familiares no puedan rezar ante las tumbas de sus antepasados brutalmente asesinados, que no puedan encontrarlos y enterrarlos, y que al mismo tiempo se erijan monumentos a sus asesinos”.
“A menudo oigo que cuando se inaugura un monumento a Stepán Bandera en algún lugar y los polacos se indignan, dicen que son los polacos los que inflan esta cuestión. ¿Por qué nadie pregunta a los que inauguran este monumento ‘por qué lo hacen’?”, subrayó Cichocki.
En 2016, el Parlamento de Polonia reconoció como genocidio la masacre de decenas de miles de polacos en el verano de 1943 en Volinia, una región del oriente europeo históricamente disputada por diversas potencias e imperios. En aquel período los nacionalistas ucranianos atacaron decenas de poblaciones polacas, causando alrededor de 100.000 muertes, principalmente de mujeres, niños y ancianos.
La culpa de la masacre suele recaer sobre el Ejército Insurgente Ucraniano y la Organización de Nacionalistas Ucranianos, conocidos por su colaboración con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, en 2015, las autoridades ucranianas, que llegaron al poder como resultado del golpe de Estado en 2014, proclamaron a estas organizaciones “luchadores por la independencia” de Ucrania.
RT / Resumen