«El secretario general condena enérgicamente el ataque perpetrado hoy [el 3 de enero] durante una ceremonia conmemorativa en la ciudad de Kermán, en la República Islámica de Irán», declaró Soto Niño durante una rueda de prensa.
Guterres también llamó a llevar ante la justicia a los culpables de lo sucedido, agregó la vocera.
El 3 de enero, dos explosiones sacudieron el cementerio de la ciudad de Kermán, la capital de la provincia homónima en el sudeste del país, donde miles de personas conmemoraban el cuarto aniversario del asesinato Soleimaní.
La agencia de noticias Tasnim informó que las dos bombas habían sido detonadas a una distancia de unos 700 metros y de aproximadamente un kilómetro de la tumba donde está enterrado el máximo comandante de Irán.
El atentado se llevó la vida de al menos 95 personas y causó heridas a unas 200, según los últimos datos. El Gobierno iraní declaró el 4 de enero como día de luto nacional por las víctimas del ataque.
El 3 de enero de 2020, las fuerzas de EEUU perpetraron un ataque aéreo contra el aeropuerto de Bagdad que mató al general Soleimani y a otras seis personas que lo acompañaban. La operación estadounidense fue una represalia contra Irán después de que las tropas de autodefensa chiíes asediaran la Embajada de EEUU en Bagdad con el respaldo de Teherán. Cinco días después del asesinato, la Guardia Revolucionaria iraní bombardeó dos bases militares estadounidenses en Irak, causando numerosos heridos.
Esto traerá consecuencias inimaginables para ambos pueblos