El Ministerio del Interior de Letonia decidió este viernes expulsar del país a Borís Katkov, jubilado militar de 82 años y jefe de la Asociación de Cooperación con Rusia, bajo el pretexto de que representa una «amenaza para la seguridad nacional». Además, se le ha prohibido de forma indefinida regresar al país, según comunicó este sábado la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
De acuerdo con la vocera, la decisión de Riga «viola gravemente el principio de no separación de la familia» porque la esposa, hijos y nietos de Katkov se quedan en Letonia. Además, esta decisión infringe las provisiones del acuerdo intergubernamental dedicado a la protección social de los jubilados militares rusos y sus familiares.
«Estamos convencidos de que tal acción tiene un carácter provocativo y político, viola derechos humanos y libertades y está encaminada a intimidar a los residentes rusoparlantes de Letonia, que se convierten en víctimas de las manifestaciones neonazis y la rusofobia», manifestó, agregando que Moscú no duda que las estructuras internacionales de derechos humanos «volverán a guardar silencio» sobre este hecho, que representa una «política discriminatoria» de las autoridades letonas.
Además, Zajárova destacó que las autoridades de la provincia rusa de Pskov ayudaron a Katkov con el alojamiento temporal y le prestaron ayuda médica. «Rusia no abandonará a las personas expulsadas de Letonia. Se les dará toda la ayuda necesaria», concluyó.
