Todo el mundo vio las imágenes represivas del 1 de octubre de 2017 en Catalunya. Todo el mundo quedó horrorizado de cómo las Fuerzas de Seguridad del Estado ejercieron de fuerzas de inseguridad para la población catalana, cuyo “delito” fue intentar introducir una papeleta en la urna el día del referéndum. Sí, todo el mundo fue testigo de la infamia menos un puñado de individuos que cerraron los ojos para no ver lo que sucedía. Entre estos, al parecer, estaba el actual titular del Ministerio del Interior, Fernando Grande Marlaska.
Este individuo, señalado por la Justicia europea por complicidad en casos de torturas cuando era juez (especialmente en el de Unai Romano), insiste en que los 46 policías procesados por las cargas del 1-O fueron “proporcionales”.
Sin un atisbo de sonrojo, el ministro del Interior se ha mostrado “absolutamente convencido” de que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado actuaron con la “proporcionalidad necesaria” en las cargas policiales durante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 en Catalunya, tras la decisión de la Audiencia de Barcelona de procesar a 46 agentes.
Marlaska ha manifestado en una entrevista concedida a TVE que acata y no discute la resolución judicial. “Pero lo que estoy absolutamente convencido es de que nuestros hombres y mujeres actuaron con la proporcionalidad necesaria”.
Y, para rizar más el rizo, el encubridor de torturas ha subrayado que los agentes evalúan “en todo momento” la proporcionalidad de sus actuaciones cuando tienen que actuar en momentos de “máxima sensibilidad”.
Atribuir sensibilidad a sus agentes, que en cuanto pasa una mosca a su alrededor ya sacan la porra, es cuando menos un insulto a la inteligencia de las personas.
