En la semana que recién concluye, el presidente ruso, Vladimir Putin, denunció las intenciones de Occidente de ver morir a Rusia por cualquier vía, mientras un alto jefe militar ucraniano las confirmó que su país apunta a derrocar al gigante euroasiático desde dentro. No obstante, Moscú dio muestras de superioridad en el frente con la destrucción de un tanque Abrams estadounidense y obuses autopropulsados de producción británica, entregados a Ucrania.