El Gobierno de Venezuela aseguró este miércoles que “no reconoce” el contenido del más reciente informe de la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, al considerar que fue redactado para favorecer a “la oposición fascista” tras un mandato del Consejo de Derechos Humanos de la ONU auspiciado “por EE.UU. y sus subordinados”.
“El informe que se nos presenta hoy […] no es otra cosa que un panfleto propagandístico cuidadosamente redactado para animar a la oposición fascista de Venezuela. Algunos de ellos se encuentran en esta sala […]. Los apellidos responsables de quemar personas vivas, quemar escuelas y asesinar venezolanos, vinieron a hacer campaña con su informe […]”, sostuvo el representante permanente de Venezuela ante los organismos de la ONU en Ginebra, Alexander Yánez Deleuze.
Como razones de rechazo, el diplomático esgrimió que el texto se realizó a partir de “una resolución elaborada por EE.UU. y sus subordinados, cuyo propósito era ejecutar la nefasta política del cambio de régimen en Venezuela”; así como que “fue elaborado con una metodología errática, basada en informaciones políticamente motivadas, lo que lo descalifica por sí mismo”.
Ante la insolente presencia del fascismo venezolano, amparados y protegidos por un sistema sesgado, que actúa como Comando de Campaña de los apellidos que quemaron personas vivas y promovieron invasiones a nuestro país, denunciamos nuevamente la instrumentalización del Consejo de… pic.twitter.com/lwlzhSc4fY
— Yvan Gil (@yvangil) July 3, 2024
Entre otros asuntos, en el se documento habría asegurado que los mercenarios estadounidenses implicados en una operación anfibia para derrocar y asesinar al presidente Nicolás Maduro en 2020 –y que fueron liberados en diciembre pasado, como parte de un acuerdo entre Caracas y Washington– “fueron detenidos arbitrariamente”.
En adenda, Yánez apuntó que el texto “pretende minimizar e incluso obviar el grave daño a los derechos humanos del pueblo venezolano por las sanciones criminales impuestas por EE.UU.”, una situación calificada por su Gobierno como “inadmisible”.
En un comentario sobre estas declaraciones, el canciller Yván Gil advirtió en X que será “muy difícil establecer alguna cooperación técnica con la oficina del alto comisionado, mientras persistan en su posición parcializada de protección al extremismo de derecha que pretende seguir cercenando los derechos de los venezolanos”.
