Durante la protesta, los especialistas solo atienden emergencias, en tanto quedaron suspendidas las angioplastias (correcciones de una deformidad o reparación de una lesión en un vaso sanguíneo) y colocaciones de stents (dispositivo usado para corregir estrechamientos e impedir obstrucciones).
Los médicos reclaman una reunión con autoridades del Gobierno y una respuesta del mismo ante la crisis existente y los aumentos de los seguros.
Recientemente, el CACI declaró el estado de emergencia y advirtió que el sector atraviesa una “tormenta perfecta por la combinación de honorarios profesionales prácticamente inexistentes debido al deterioro inflacionario y el aumento exponencial del costo de los insumos, aspectos que amenazan la realización de una práctica médica segura”.
Además, informó que las obras sociales y la medicina prepaga dilatan cada vez más en el tiempo la entrega de recursos, lo que somete a los pacientes a un riesgo mayor por la demora de su tratamiento.
También recordó que la labor de los especialistas del área salva 200 mil vidas cada año y advirtió que, de persistir la actual crisis, se incrementará la mortalidad en este país.
Los cardiólogos intervencionistas señalaron que, de no haber una respuesta, la medida de fuerza se incrementará y llegará a un punto en que habrá un deterioro irreversible de la especialidad.