Juan Lehmann (Sputnik).— La motosierra del Gobierno llegó a uno de los sectores más sensibles para el desarrollo estratégico del país. El ajuste fiscal desplegado por la administración Milei llevó al despido de 230 trabajadores del Complejo Atucha involucrados en la construcción del reactor nuclear CAREM, el primero hecho íntegramente en territorio nacional, y crucial para posicionar a Argentina entre los principales productores de energía limpia.
Situada en la ciudad de Lima, provincia de Buenos Aires (centro), la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM) constituye un reactor nuclear a pequeña escala diseñado para abastecer de energía a poblaciones alejadas de los grandes centros urbanos o industriales. Si bien fue diseñado en la década de 1980, la construcción de la obra civil comenzó en 2014, y su puesta en marcha estaba prevista para antes de 2030, con una vida útil de aproximadamente 40 años.
El Carem es el primer coloca a Argentina a la vanguardia del desarrollo de los Reactores Modulares Pequeños en el continente. Los SMR -por sus siglas en inglés- son aquellos que cuentan con una potencia de hasta 300 megavatios eléctricos (MWe) por unidad y que pueden construirse en pequeñas instalaciones y ser trasladados como módulos.
El Carem fue el primer reactor modular de media potencia en comenzar a ser construido a nivel mundial, y su desarrollo coloca al país entre los líderes del tablero global, compitiendo con jugadores como China, Rusia y Estados Unidos. Argentina empezó a desarrollar la tecnología nuclear hacia 1950, con la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Actualmente funcionan tres centrales nucleares que abastecen al 5% de la demanda eléctrica nacional.
Sin embargo, la posición del Poder Ejecutivo respecto al sector es clara. Ya en la Ley Bases sancionada por el Congreso se habilitó la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa pública responsable de la administración de las plantas nucleares del país. Centralmente, bajo su órbita quedaba la gestión de Atucha I, Atucha II y Embalse, las tres centrales nacionales.
La virtual paralización de la obra se inscribe en un escenario por demás complejo para el entramado científico nacional. Según informó el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación, la ejecución presupuestaria de la ciencia se derrumbó un 40,1% interanual en agosto, afectando el funcionamiento de emblemáticos organismos tales como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) o la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
Días antes, el presidente Milei había hablado en contra del financiamiento al complejo científico. Desde el Foro Madrid organizado en Buenos Aires, el mandatario afirmó que «la casta no termina en los políticos: también incluye a los científicos que creen que tener un título los vuelve superiores».
Milei aclaró que "la casta" también incluye a los científicos que creen que el Estado debe "subsidiarles la vocación": "Si tan útiles creen que son sus investigaciones, los invito a salir al mercado. Investiguen, publiquen un libro y vean si a la gente le interesa o no". https://t.co/dZSdJikMrF pic.twitter.com/DJtZ56SKB3
— elDiarioAR (@elDiarioAR) September 5, 2024
El desarrollo nuclear, al filo de la cornisa
«Este es un punto de quiebre para el país, porque va en contra de más de 45 años de inversión sostenida. El Gobierno nunca apostó al desarrollo de la energía nuclear, y ahora tememos que se interrumpa», dijo a Sputnik Adriana Serquis, ex presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
«El CAREM recibió este año la mitad de presupuesto del que tenía en 2023, pese a que su construcción ya había avanzado en el 80% de la obra, y que tenía 100 contratos con empresas para garantizar el desarrollo de energía nuclear en nuestro país. Esperamos que esto sea solo un ajuste transitorio y no un freno total al desarrollo de este sector», afirmó la experta.
Según Serquis, la energía nuclear «es fundamental en la transición hacia fuentes renovables, sobre todo porque avanza a un ritmo mucho más rápido que el resto de las alternativas. Lo central es que Argentina es líder en la construcción de reactores nucleares pequeños, y tiene el orgullo de ser uno de los pocos países que alcanzó este nivel de desarrollo».
El impacto del desfinanciamiento no se cierra exclusivamente sobre el entramado científico. De acuerdo a la especialista, supone pagar un elevado costo de oportunidad relacionado a la escasez crónica de divisas que sufre Argentina. «Esta era una gran oportunidad de constituirnos en un exportador de energía y, así, generar el ingreso neto de dólares», remarcó.
«Argentina tiene 3 centrales nucleares, que aportan entre el 3% y el 11% de la matriz energética. Para 2025, se esperaba una triplicación de la matriz nuclear; sin embargo, esto ahora es un gran interrogante», sostuvo la investigadora.
Motosierra sobre la ciencia
La situación relativa al desarrollo del CAREM se recorta sobre un marco de extrema fragilidad del complejo científico argentino. Consultada por Sputnik, Laura Romano -investigadora del CONICET- denunció que «estamos en un momento de absoluto descalabro. El Gobierno ha decidido desfinanciar el sector, y esto afecta a todo el sistema de investigaciones pero también a las universidades».
«Hay 300 investigadores menos en el organismo, pero esas vacantes no fueron ocupadas. Además, hubo un brutal recorte en las becas de estudio. El Gobierno tiene el objetivo claro de vaciar el CONICET», advirtió la especialista.