Pese a ser el principal impulsor del Compromiso Global de Metano (Global Methane Pledge) – que se presentó en el marco de la 26 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 26) para reducir las emisiones globales de este gas de efecto invernadero en 2030–, Washington apareció como “uno de los países con peor desempeño” en el estudio de Kayrros, la compañía de datos ambientales que emite el informe.
“Esas son señales de alarma”, dijo el cofundador de Kayrros, Antoine Halff.
Para la investigación, Kayrros utilizó datos satelitales combinados con análisis de inteligencia artificial de los datos de las instalaciones de combustibles fósiles, donde son comunes las prácticas de “ventilación”, o liberación intencional de grandes cantidades de metano, así como “quema”, que es cuando se quema intencionalmente.
De esa manera, la compañía observó que, actualmente, la concentración del gas en la atmósfera es más de dos veces mayor que los niveles preindustriales. Mientras que más de la mitad de las emisiones en todo el mundo son provocadas por el hombre.
A diferencia del dióxido de carbono, las emisiones de metano no derivan del consumo, sino de la producción y transporte del gas, que es el principal componente del gas natural.
“El metano puede filtrarse desde instalaciones de almacenamiento, tuberías y camiones cisterna y, a menudo, también se libera deliberadamente (…), también se libera del ganado y de los vertederos, y se produce de forma natural en los humedales”, indica el artículo.
Añade que la presencia de este gas en la atmósfera se disipa en unos 12 años, un tiempo relativamente corto, pero numerosos estudios dan cuenta de que los efectos de retención de calor del metano son hasta 80 veces más fuertes que los del dióxido de carbono.
“Eso significa que puede tener consecuencias inmediatas para el clima”, asevera el texto.
Durante la COP 26, Estados Unidos fue uno de los primeros firmantes e impulsores del Compromiso Global de Metano. No obstante, dijo Halff, “2030 se acerca rápidamente y todavía se están liberando enormes cantidades de emisiones”.
“Esto parece en gran parte porque la producción de petróleo y gas está aumentando tanto en Estados Unidos como en otros lugares”, le dijo al medio estadounidense el cofundador de Kayrros.
Y aunque el sector de combustibles fósiles en el país norteamericano, indica la nota, emite menos metano que en años anteriores, la producción ha incrementado significativamente las emisiones de gas metano, pues Estados Unidos es hoy el principal productor y exportador de gas del mundo.
Pero la culpa será de China.