«Rusia lleva muchos años denunciándolo. Tanto sobre el suministro a Ucrania de armas por parte de EEUU y el Reino Unido, las interminables maniobras de la OTAN en el mar Negro con violación de las fronteras de Rusia, como el peligroso acercamiento de aviones militares de países occidentales a aviones civiles en el espacio aéreo de nuestro país», explicó la vocera.
Zajárova subrayó que por eso una de las tareas de la operación militar especial «es desmilitarizar Ucrania y garantizar la seguridad de nuestro país».
Anteriormente, este 4 de enero, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, reconoció que Washington comenzó a armar a Kiev mucho antes de que Rusia lanzara su operación militar especial de Ucrania.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial con el objetivo de defender las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk frente al genocidio cometido por parte de Kiev, y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
De acuerdo con el presidente ruso, Vladímir Putin, Rusia lleva 30 años intentando llegar a un acuerdo con la OTAN sobre los principios de seguridad en Europa, pero en respuesta se ha enfrentado a engaños y mentiras cínicas o a intentos de presión y chantaje, mientras que esa alianza bélica, a pesar de las protestas de Moscú, no deja de expandirse y acercarse a las fronteras rusas.
Por otra parte, Rusia considera que la ayuda militar a Ucrania obstaculiza el arreglo pacífico del conflicto, implicando directamente a los países de la OTAN al mismo. Moscú advirtió en reiteradas ocasiones que el bloque está «jugando con fuego» al suministrar armas a Ucrania y que los convoyes extranjeros con armas serían «objetivo legítimo» para su Ejército una vez cruzada la frontera.