«Exigimos la reacción debida de Audrey Azoulay (directora general de la Unesco) al cruel asesinato del corresponsal de guerra ruso, de conformidad con su mandato», indicó Zajárova.
Este 4 de enero, en la región de Donetsk, las tropas ucranianas atacaron con un dron kamikaze el vehículo de los periodistas que regresaban a Donetsk tras realizar reportajes en la localidad de Górlovka sobre las consecuencias de un bombardeo ucraniano.
En el ataque murió Martemiánov, del periódico Izvestia. Dos periodistas de Sputnik —Maxim Romanenko y Mijaíl Kevjíev— resultaron lesionados. En el vehículo viajaban también las reporteras Svetlana Lárina e Isabella Liberman, ambas de un medio local de Donetsk. Todos los heridos fueron hospitalizados.
Zajárova llamó además a otros organismos internacionales a condenar con firmeza el cruel ataque contra los periodistas.
La portavoz subrayó que el sentimiento de total impunidad del régimen ucraniano es consecuencia del silencio premeditado de organismos como la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Unesco y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
«Los funcionarios internacionales que dice defender los derechos humanos tendrán que señalar directamente a los autores de estos asesinatos», recalcó.
La ONU en una tibia reacción se limitó a señalar que se oponían «a todos los ataques a periodistas».