“Es una campaña de relaciones públicas de Kiev, miserable”, manifestó la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia mediante su canal en la red social Telegram.
Las declaraciones de la diplomática son en comentario al tratado de asociación a 100 firmado el pasado jueves por Kiev y Londres, el cual abarca ámbitos como la defensa, la ciencia, la energía y el comercio.
Entre otros tópicos, Reino Unido se compromete a entregar tres mil millones de libras esterlinas (unos tres mil 659 millones de dólares) al año en ayuda militar a Ucrania «durante el tiempo que sea necesario».
Al respecto, Zajárova agregó que «100 años es un periodo simbólico, pero no vinculante. En caso de caída de la dictadura de Vladimir Zelenski o de dimisión del primer ministro británico, Keir Starmer, casi nadie recordará este acuerdo».
Igualmente, denunció que es «triste» que, en el año del aniversario 80 de la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, los dirigentes del Reino Unido, aliado en ese entonces de la Unión Soviética, «juren siglos de apoyo a los neonazis ucranianos».
«Esperamos que al menos alguien en Londres sienta vergüenza por esto», enfatizó la representante de la diplomacia del gigante euroasiático.
Por otra parte, recordó que las partes acordaron reforzar la seguridad de los mares Báltico, Negro y de Azov. «Detrás de ello se esconde la vieja aspiración de Londres de hacerse un hueco en estas aguas, especialmente en la cuenca Azov-Negro», explicó.
«Nos gustaría advertir a los soñadores de Bánkovaia, calle donde se encuentra la oficina presidencial ucraniana, y Downing Street que ni Ucrania ni el Reino Unido tienen cabida para la cooperación en el mar de Azov», sentenció Zajárova.
La portavoz de la cartera de Asuntos Exteriores reiteró que, tras la reunificación de los nuevos territorios rusos en septiembre de 2022, «el mar de Azov se convirtió en un mar interior de la Federación Rusa».
«Cualquier reivindicación sobre esta zona es una burda injerencia en los asuntos internos de nuestro país y será firmemente reprimida», concluyó