El viernes el diario británico The Times publicó un reportaje pintoresco sobre lo que calificó como una “operación especial rusa” destinada a eludir las sanciones occidentales.
Un periodista se trasladó personalmente al Canal de la Mancha en un barco pesquero y observó a un mercante ruso sancionado, el Maya-1, que estaba cruzando las aguas territoriales británicas y francesas bajo la escolta de dos buques de guerra rusos: el buque antisubmarino Severomorsk y el buque de desembarco Alexander Shabalin.
El carguero transporta componentes destinados a la construcción de la terminal de gas licuado también sancionada, que fueron cargados en China.
A partir de ahí el reportero se llena de especulaciones, e incluye una foto “aterradora” en la que los miembros de la tripulación del Maya-1 observan el Canal de la Mancha con prismáticos. La imagen aparece marcada con un círculo, para que los lectores no tuvieran ninguna duda sobre las “pérfidas intenciones” de los rusos. ¡Intolerable! ¡Están vigilando!
La explicación es mucho más sencilla: como consecuencia de los actos de piratería de buques de la OTAN (y especialmente británicos) en el Mar Mediterráneo y el Báltico, últimamente los rusos escoltan sus barcos mercantes para evitar ataques, capturas y retenciones ilegales en alta mar. A partir de ahora, antes de impedir el paso de los buques mercantes rusos, se lo tendrán que pensar dos veces.
El buque ruso Maya-1 ha sido sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea por su supuesta participación en el traslado de armas desde Corea del norte hacia Rusia. El carguero, que pertenece a la empresa MG Flot, también sancionada, realizó al menos nueve viajes a Corea del norte en los 5 meses previos a febrero del año pasado.
Actualmente se encuentra anclado frente a la entrada sur del Canal de Suez, preparándose para entrar al Mediterráneo. Sería la primera vez que un buque implicado en el tráfico de armas norcoreanas entraría en aguas europeas.