
La ocupación israelí continúa su brutal campaña genocida en la Franja de Gaza, desatando una de las guerras más terribles de la era moderna, marcada por las masacres y crímenes más atroces, con mujeres y niños sufriendo las consecuencias más graves de la devastación.
Hasta el sábado por la tarde, el Ministerio de Salud palestino informó que 1.783 palestinos habían muerto y 4.683 habían resultado heridos desde la reanudación del agresivo ataque israelí contra Gaza.
Más muertes y destrucción
El domingo por la mañana, ataques aéreos israelíes tuvieron como objetivo la vivienda de la familia Darwish en el campo de refugiados de Al-Nuseirat, en el centro de Gaza, cobrándose la vida de tres palestinos: Muadh Bakr Darwish, Mahmud Bakr Darwish y Yanna Ismail Darwish. Varias personas más resultaron heridas en el ataque.
Otros ataques aéreos también impactaron la ciudad de Abasan Al-Kabira, ubicada al este de Jan Yunis, en el sur de Gaza. El ataque causó más muertes, mientras que otro ataque aéreo tuvo como objetivo las tiendas de campaña de personas desplazadas en la zona de Muwasi, en Jan Yunis. El bombardeo causó un mártir y varios heridos.
Ataques en aumento en Gaza
En otros acontecimientos, drones israelíes lanzaron un ataque cerca del territorio de Abu Ma’ala, al noroeste de Al-Nuseirat, mientras que las fuerzas israelíes dispararon artillería contra las zonas este y oeste de la ciudad de Gaza.
Los buques de la armada israelí también abrieron fuego frente a la costa de la ciudad de Gaza, agravando la ya grave situación.
Simultáneamente, el ejército israelí lanzó bengalas sobre la zona este del barrio de Al-Tufah, en Gaza, coincidiendo con los continuos bombardeos de artillería contra el este de la ciudad de Gaza.
Cristianos en Gaza celebran la Pascua en medio de la continua agresión
Por segundo año consecutivo, los cristianos en Gaza celebraron el Domingo de Pascua sin la alegría y la celebración habituales, mientras continúa la campaña genocida israelí. En un intento por preservar las tradiciones religiosas en medio de la devastación, la celebración se limitó a una reunión sombría en la iglesia de San Porfirio, en el casco antiguo de Gaza, a la que asistieron solo unos pocos cristianos. El ambiente festivo, las decoraciones y las celebraciones habituales estuvieron ausentes, eclipsados por los horrores de la guerra.
La iglesia, dañada por repetidos ataques aéreos israelíes, transmitió el servicio en directo por Facebook, capturando las expresiones de tristeza de los asistentes, reflejando la cruda realidad de esta Pascua, el día más sagrado del cristianismo.
Tras el Sábado Santo, los cristianos de Palestina comenzaron el Domingo de Pascua con oraciones e himnos en la iglesia de San Porfirio, pidiendo la paz y el fin de la guerra implacable.
Antes del conflicto, la población cristiana de Gaza ya había disminuido debido a la emigración, con estimaciones actuales de unas 2.000 personas. Alrededor del 70% pertenece a la Iglesia Ortodoxa Griega, mientras que el resto son católicos latinos. El padre Monzer Ishaq, pastor de la Iglesia Evangélica Luterana de Belén y Beit Sahour, expresó a la Agencia de Noticias Anadolu su preocupación por la supervivencia de los cristianos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, temiendo que el genocidio en curso y las políticas restrictivas israelíes pudieran llevar a su desaparición.
Esta Pascua estuvo marcada por oraciones solemnes, vigilias con velas y actos de conmemoración silenciosa, todo ello ensombrecido por los incesantes ataques aéreos y masacres perpetrados por las fuerzas de ocupación israelíes.