
La tregua con Ucrania propuesta por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en conmemoración por el 80 aniversario del Día de la Victoria, inició en la medianoche del 7 al 8 de mayo (hora local).
El cese al fuego regirá durante los próximos tres días, según lo estipulado por el mandatario ruso a fines del pasado mes de abril, «basándose en consideraciones humanitarias«, por lo que «todas las hostilidades cesarán durante este período».
Según declaró la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, la manera en que se comporten las Fuerzas Armadas ucranianas entre el 8 y el 10 de mayo, probaría las verdaderas intenciones de paz del régimen de Kiev.
En ese sentido, Zajárova declaró que en el mes de marzo, Rusia apoyó la iniciativa «de una moratoria de 30 días a los ataques a las instalaciones de infraestructura energérica, y en abril se declaró una tregua de Pascua. Su observancia por parte de Kiev podría ser un paso hacia un alto el fuego a largo plazo».
«Desafortunadamente, Kiev saboteó ambos. Las Fuerzas Armadas de Ucrania violaron la moratoria 136 veces y el alto el fuego de Pascua casi 5.000 veces, lo que indica o bien la incapacidad del régimen de Kiev para negociar o bien que no controla su propio ejército«, denunció la portavoz de la Cancillería.
Hasta el momento, el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, no ha confirmado si respetará este nuevo cese al fuego; al respecto, el Gobierno ruso ha advertido que responderá cualquier ataque procedente de Ucrania, de modo «adecuado y eficaz».
Zelensky, en cambio, intenta presionar a Rusia para lograr una tregua «incondicional» de un mes de duración. En ese sentido, ha amenazado a las naciones que se reúnan el próximo 9 de mayo en la Plaza Roja, para celebrar la victoria de la Gran Guerra Patria sobre el nazifascismo alemán.