
Sarahí Núñez Pérez (ACN).— La develación de una tarja conmemorativa por la victoria del Ejército Rojo en Stalingrado tuvo lugar hoy, en el Parque de 23 y Paseo en el Vedado capitalino, forma parte de las actividades por la celebración de los aniversario 80 de la victoria sobre el fascismo y el 65 del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Rusia.
Víktor Koronelli, embajador de la Federación de Rusia en Cuba, expresó que el acto tiene gran significado para los rusos, pues se realiza en honor a una de las batallas más sangrientas pero decisiva, a las que se enfrentó el país euroasiático en la contienda.
El lugar escogido permite dar visibilidad a los sucesos, pues la placa contiene una descripción breve pero clara sobre lo sucedidos en Stalingrado hace más de 80 años, señaló Koronelli.
Serguéi Oboznov, consejero de la Embajada Rusa, leyó las palabras de Ala Kalinina, rectora de la Universidad Estatal de Volgogrado, quien comentó el papel que tuvo Cuba en la lucha por la liberación rusa, por su ejemplo, al ser el primer país latinoamericano cuya fuerza marina logró hundir un submarino alemán.
También destacó la colaboración de cubanos que perdieron la vida durante la contienda de la Gran Guerra Patria.
Para concluir, fueron plantadas, por los directivos presentes, cinco plantas de Ixora, detrás de la tarja, como símbolo de amistad y continúa relación entre Cuba y Rusia.
Asistieron al acto Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos; Liliana Malena Díaz Campa, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Plaza de la Revolución; Inna Chetiy, representante de Rossotrudnichestvo en Cuba; además de representantes de la agregaduría militar y diplomáticos de la embajada Rusa.
El 2 de febrero de 1943 el Ejército Rojo de la Unión Soviética consiguió una victoria decisiva sobre las fuerzas de la Alemania nazi en la ciudad de Stalingrado, tras más de cinco meses de intensos combates que dejaron un saldo de millones de bajas entre soldados y civiles, marcando el punto de inflexión en la invasión nazi al territorio ruso.
La victoria soviética no solo detuvo el avance nazi en el este, sino que impulsó la contraofensiva que culminaría en la liberación de Europa y la derrota definitiva del fascismo en mayo de 1945.