El ejército ucraniano ha informado del derribo del tercer caza F-16 suministrado por la OTAN. El piloto logró eyectarse antes de que el avión se estrellara contra el suelo. Fue rescatado y se encuentra en buen estado de salud.
El aparato participaba en una misión de defensa contra un ataque aéreo ruso en la noche del jueves al viernes.
Es un revés importante para el ejército ucraniano porque no es el primer aparato de este tipo que Ucrania pierde en la Guerra contra Rusia. Un total de tres F-16 proporcionados por la OTAN han causado baja. A finales de agosto, un avión se estrelló repeliendo un ataque con misiles rusos, matando a su piloto, que había sido entrenado por Estados Unidos.
Recientemente la Fuerza Aérea ucraniana perdió otro avión, que se estrelló sobre Cherkassy en el centro-este del país en la mañana del 28 de abril. Estaba proporcionando apoyo aéreo a las tropas y repeliendo un ataque aéreo de drones rusos.
Las causas del incidente están siendo investigadas por una comisión creada específicamente para este fin.
En 2023 la OTAN formó una coalición para suministrar cazas F-16 a Ucrania, así como para formar pilotos de combate. Según Zelensky, necesitaban al menos 128 cazas. La primera entrega de F-16 llegó a Ucrania en julio del año pasado, con la vana esperanza de cambiar la correlación de fuerzas en la guerra contra Rusia.
Para controlar realmente el espacio aéreo sobre Ucrania y contrarrestar la superioridad aérea de Rusia, la flota de aviones de la Fuerza Aérea Ucraniana tendría que aumentar significativamente. Pero no se sabe con certeza cuántos aviones han enviado. Los primeros fueron transferidos por Países Bajos y Dinamarca. Bélgica se comprometió a transferir 30 aparatos a Ucrania hasta finales de 2028, y los pilotos ucranianos ya están recibiendo entrenamiento en F-16, lo que tiene lugar en Estados Unidos y otros países de la OTAN.
El reconocimiento aéreo es la misión más importante que cumplen para el ejército ucraniano. Los aparatos entregados son aparatos obsoletos que estaban fuera de servicio, en espera de ser sustituidos por los nuevos F-35. En Ucrania despegan desde pequeñas pistas improvisadas, a veces en conjunto con aviones Dassault Mirage 2000 suministrados por Francia, para detectar radares rusos y lanzar disparos de precisión.
En conjunto, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos y Noruega han prometido alrededor de 85 excedentes antiguos de F-16, pero solo Ucrania ha recibido unos 16 aviones, además de los Mirage 2000 antes mencionados.
Ucrania no sólo necesitaría tener suficientes aviones sino también una red de apoyo sólida, que incluiría un dilatado entrenamiento de los pilotos, una integración efectiva en la cadena de mando y control, la capacidad de eludir las defensas aéreas rusas y un apoyo a través de repuestos, logística de combustible y entrenamiento de mantenimiento de la OTAN.
La formación de los pilotos es muy importante, pero además, una pieza crucial del rompecabezas es una red eficaz de bases aéreas. Las bases aéreas distribuidas evitarían que un pequeño número de golpes demoledores rusos destruyeran la flota de cazas.