Daniela Díaz (Sputnik).— Miles de personas se han volcado a las calles de Los Ángeles y otras ciudades de EEUU durante los últimos días para protestar contra las redadas emprendidas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), sobre todo, en la ciudad más importante de California, un estado que es una potencia a nivel nacional y mundial y cuya importancia económica y cultural recae en los migrantes que desde hace décadas alberga.
La movilizaciones han sido suficiente razón para que el Gobierno del presidente Donald Trump ordenara el despliegue de 4.000 elementos de la Guardia Nacional de EEUU y de cientos del Cuerpo de Marines. Las medidas han sido catalogadas como excesivas e incluso ilegales por las propias autoridades californianas.
«Son animales que portan banderas extranjeras», dijo el mandatario en referencia a quienes han ondeado insignias patrióticas, en su mayoría mexicanas, durante las manifestaciones que, de no cesar, advirtió el republicano, podría invocar la Ley de Insurrección de 1807 con el objetivo de utilizar a las Fuerzas Armadas para reprimirlas.
«Un signo de debilitamiento»
Para el experto en relaciones internacionales y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miguel Ángel Valenzuela Shelley, el escenario que se está creando en California es un signo más del debilitamiento de EEUU como potencia.
Y es que, explicó, desde hace al menos una década, el país norteamericano ha venido no solo perdiendo cohesión social, sino que se ha polarizado a un nivel importante, además de que los bandos se han radicalizado. A nivel geopolítico, abundó, EEUU no tiene la misma relevancia que décadas atrás.
«Económica y comercialmente van a la baja, tienen una cuestión importante de radicalización, de encerrarse y de un nacionalismo a ultranza. Todos estos son signos de un debilitamiento cultural y de influencia política estadounidense», señaló el analista en entrevista con Sputnik. «Creo que estamos presenciando francamente el declive de EEUU, por decir lo menos (…) Esta soberbia con la que actúa el Gobierno de Trump, el descaro, el exceso de poder, muestra una decadencia cultural y una decadencia de legitimidad. Eso es lo que estamos viendo».
La famosa frase de campaña de Trump de Make America Great Again, ponderó el analista, es solo «un eslogan vacío», pues hasta ahora el republicano no ha podido concretar ninguno de sus compromisos.
Con él coincide el investigador y consultor experto en temas internacionales, Luis Huacuja, quien sentenció que «a Trump no le han salido las cosas», pues a más de 100 días de haber asumido por segunda vez la Presidencia de EEUU no ha podido afianzar sus políticas.
«Está el tema de acabar con el conflicto en Ucrania, que no lo ha hecho. Está el asunto de los aranceles, que tampoco le salió bien y que parece que ha habido un error importante en ese tema. Su popularidad está cayendo de manera importante», apuntó Huacuja en charla con Sputnik.
De acuerdo con el también doctor en Derecho, da la impresión de que la Administración podría estar ante «otro error de cálculo», pues este «desprecio hacia la comunidad migrante» puede terminar por afectar gravemente su popularidad, ya que incluso dentro de dicho sector poblacional recibió apoyo electoral.
«Faltan todavía varios meses para las elecciones de medio término, pero está claro que ahora mismo seguramente hay quienes aplauden estas medidas y lo hacen incluso desde México, pero quizás le cobren una factura mucho más importante de la que está pensando por este desprecio hacia la comunidad migrante y de subestimar la cantidad de migrantes en EEUU, que tan solo de la comunidad mexicanos son aproximadamente 40 millones», abundó.
De acuerdo con una encuesta de salida hecha durante la elección presidencial de noviembre pasado en EEUU por NBC News, el 46% de las personas que se identificaron como latinas dio su voto a Donald Trump.
«No hay quien lo pueda frenar»
En entrevista con Sputnik, la socióloga y maestra en Estudios México-EEUU por la UNAM, Raquel Saed, recordó que, desde hace una década, Trump puso en la mira a la comunidad migrante; sin embargo, señaló que entre su primera Administración (2016-2020) y la actual hay una diferencia.
«A diferencia de su primer mandato, en donde algunos colaboradores fungían como buffers, es decir, que lo frenaban ante decisiones como las que está tomando en este momento y sus políticas fueron más moderadas, en esta Administración no tiene quién lo pueda detener. Tiene a gente que le está permitiendo llegar hasta donde él quiera y que lo están habilitando para que lo haga», sentenció Saed, quien conduce el podcast Hablemos de EEUU.
De acuerdo con la académica de la Universidad Iberoamericana, Trump, en parte, está cumpliendo una de sus promesas de campaña: deportar a la mayor cantidad de inmigrantes posibles. Sin embargo, dijo, esto es algo casi imposible de realizar.
«Él comenzó su campaña hablando de los migrantes, como que los migrantes son algo dañino para la población estadounidense porque les quita los empleos, etcétera; con esto le habla al bolsillo de una gran base social que votó por él», explicó.
«Pero, ¿a quién se va a llevar? ¿A todos? Digo, yo nada más pregunto. No podría. Él quiere deshacerse de todos los migrantes mexicanos sin papeles, que son más o menos 11 millones de ellos. ¿Cómo regresas a 11 millones de personas?», cuestionó la experta.
La actual política migratoria de Trump, abundó, está basada en el racismo y tiene como cabeza a Stephen Miller, uno de los varios asesores del republicano y cuyo rostro es familiar en la Casa Blanca. Miller, agregó, ha dejado en claro su repulsión hacia los migrantes.
«Puede ser una de las primeras grietas para Trump»
La doctora en Relaciones Internacionales y docente de la UNAM Claudia Serrano señaló en entrevista con Sputnik que las protestas en California podrían beneficiar políticamente a Trump al tener el presidente una excusa para desplegar Fuerzas Armadas en varios estados demócratas en donde ya han habido movilizaciones promigrantes.
Sin embargo, señaló, «no se puede perder de vista que la comunidad migrante es también una opción de contrapeso» ante las políticas que el republicano busca aplicar en ciudades que de larga data han albergado un importante número de migrantes.
«Esto puede ser una de las primeras grietas: que no es que haya un Gobierno del todo unido y que esté fortalecido a la sola visión, la que tiene Donald Trump, de cómo manejar el tema migratorio», explicó.
Serrano abundó que mientras Trump, al menos en el discurso, busca hablar de un EEUU cohesionado y unido en busca de recuperar «su grandeza», lo cierto es que movilizaciones como las que han tenido lugar en California exponen «que hay muchísimas complicaciones para coordinar sobre una misma tendencia».