El ataque no provocado lanzado por Israel contra Irán ha puesto en el punto de mira la reciente decisión de la OPEP+ de aumentar la producción de crudo debido a la amenaza que se cierne sobre los suministros de petróleo en Oriente Medio, señala Financial Times.
El medio señala que uno de los países miembros del grupo —Arabia Saudita— ya había empezado este año a acelerar la producción paralizada, incluso en medio de la caída de los precios del crudo. Según las especulaciones, tal decisión podría estar relacionada con la presión ejercida por la Casa Blanca, a la que le interesaba que se produjera un aumento de la producción antes de una posible confrontación con Irán.
«No tengo ninguna duda de que [el presidente de EE.UU., Donald] Trump pidió a los sauditas que bombearan más petróleo para lidiar con sus tres mayores problemas: Irán, Rusia y la inflación«, dijo Bob McNally, exasesor del presidente George W. Bush y actual director de Rapidan Energy Group.
No hay que repetir el mismo error
Pese a que Riad entendía que el hecho de bombear más crudo proporcionaría satisfacción a Trump, quien ya había solicitado a Arabia Saudita y a la OPEP que «redujeran el costo del petróleo», el reino se mostró reacio a hacerlo antes de lo necesario. Los expertos destacan que los productores tenían sus propios motivos para terminar con los recortes de producción.
Después de llevar casi 3 años conteniendo la oferta con el fin de incrementar los precios, se dieron cuenta de que las restricciones a la producción ya no daban los resultados deseados. Por lo tanto, ya había llegado el momento de restablecer la producción para poder recuperar cuota de mercado.
A su vez, el ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salmán, aseguró que el reino no pensaba repetir el error del 2018, cuando Trump logró convencer a la OPEP+ para que aumentara la producción del crudo antes de arremeter contra las exportaciones de Irán y luego otorgar exenciones a muchos importadores del petróleo persa.
Todos esos pasos hicieron que los precios del petróleo se desplomaran a un mínimo alarmante, situado en menos de 50 dólares por barril en diciembre de ese año, cifra que se sitúa muy por debajo de los precios de equilibrio presupuestario de muchos países productores. Teniendo en cuenta ese factor, a día de hoy, lo más seguro es que Arabia Saudita se guiara por sus propios motivos, y no por los intereses de Trump en el momento de decidir aumentar la producción, indica el artículo.
¿Qué solución hay para Trump?
Indiferentemente de cuál haya sido el motivo que condujo al incremento del bombeo, el fuerte aumento de los precios del crudo que se produjo tras el ataque de Israel a Irán redujo las opciones del mandatario estadounidense para solucionar problemas políticos, además de crear el temor a que pueda impulsar la inflación en EE.UU.
«El aumento de la oferta de la OPEP+ generó margen para algunas de las interrupciones del suministro que podrían derivar del ataque israelí a Irán. Y también es cierto que podrían haber generado margen para nuevas sanciones a Rusia. Pero no generan margen para ambas«, explicó Kevin Book, director de ClearView Energy Partners en Washington.
El experto agregó que Trump podría recurrir a la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos, en el caso de que el aumento del precio del crudo se prolongara o si el suministro de Oriente Medio se viera interrumpido. Sin embargo, sus reservas se agotaron notablemente después de las medidas anticrisis del expresidente del país, Joe Biden.
Trump también podría pedir a los sauditas que produjeran aún más petróleo, pero esa opción podría no gustarle a Riad, teniendo en cuenta que Irán es uno de los miembros de la OPEP. «¿Qué hacen los presidentes cuando suben los precios del petróleo? Bueno, lo primero es llamar a Arabia Saudita. Pero Riad y otros miembros de la OPEP+ probablemente responderían con cautela«, afirmó McNally.
- Las acciones de Israel fueron condenadas por Rusia, China y varios países del mundo. La Cancillería rusa calificó los ataques israelíes como «no provocados» y «rotundamente inaceptables», y el presidente ruso, Vladímir Putin, en una conversación con los líderes de ambos países, expresó su disposición a mediar para evitar una mayor escalada de la tensión.
- Desde América Latina, varias naciones, entre ellas Brasil, Venezuela, Cuba y Nicaragua, expresaron su rechazo a las acciones de Tel Aviv. Los países del mundo islámico, entre ellos Turquía, Arabia Saudita, Egipto y Pakistán, han reaccionado de manera similar.
