Unidad y Lucha (UyL): Finalizado ya el XII Congreso, se impone hacer una valoración general. ¿Qué consideración haces?
Julio Díaz (J. D.): Efectivamente, siempre es necesario detenerse a evaluar lo realizado y, desde la consideración de lo avanzado, hacer una consideración crítica de los errores y dificultades para corregirlas y de forma autocrítica situarnos en una fase superior de desarrollo del Partido.
En ese sentido es preciso reconocer determinados errores de organización y estructuración del debate sobre los que hemos de tomar nota y corregirlos a futuro con una propuesta que, sin disminuir la participación de las delegadas y delegados que representan la soberanía del Partido, permita profundizar más en el debate de ideas y cómo concretar las propuestas de trabajo de una forma más eficaz.
Ciertamente, algunos de estos fallos tienen su origen en una sobreacumulación de tareas de determinados cuadros, pero también en la asunción de responsabilidades de esta envergadura por camaradas que lo hacían por primera vez. Bienvenida sea esa circunstancia que apunta correctamente en la línea de un necesario relevo generacional en el Partido, pero, sin duda, la primera circunstancia que señalaba —la de la acumulación de tareas— hay que corregirla de raíz y hacerlo sobre la base de mayores niveles de organicidad que asegure el trabajo colectivo a todos los niveles.
UyL: ¿Cómo piensas que se puede avanzar en esa línea de trabajo que sitúas?
J. D.: El Congreso ha sido muy claro en ese sentido y ha planteado el objetivo de la construcción del Aparato Central del Partido como una prioridad para el necesario avance cualitativo y cuantitativo que precisa un Partido con los objetivos y propósitos del PCPE.
Durante el II Pleno del CC, se situará un Plan de trabajo preciso en la línea de concretar lo aprobado por el Congreso en ese sentido.
UyL: Más allá de este objetivo de avance interno que sitúas, ¿cuáles son los principales retos acordados en el Congreso?
J. D.: Muchos, pues el momento histórico así lo exige. Determinada por la crisis general del capitalismo, la lucha de clases se desarrolla en un momento absolutamente crucial para la Humanidad. Todo está en juego en la dialéctica de la lucha de clases que, en última instancia, es la que todo lo determina y ahí es donde queremos estar y vamos a estar.
Toca estar a la altura de las circunstancias y continuar interpretando correctamente la realidad para no solo conocerla, sino sobre todo para transformarla.
Avanzar en el camino de la Revolución Socialista es el objetivo y todo nuestro trabajo se orienta en ese sentido.
Para ello, partimos de una base de análisis que la realidad está demostrando que caracteriza correctamente las claves principales de la realidad, pero necesitamos reformar nuestro papel de Partido de Vanguardia, con más intervención en la lucha política, aumentando nuestra capacidad de dirección política de masas.
Fundamentalmente en el Movimiento Obrero y Sindical, pero también en otros espacios en los que también se expresa con fuerza la contradicción Capital-Trabajo, y en la que la militancia comunista debe posicionarse a la ofensiva abriendo espacios de participación de masas. Estructuras de intervención obrera y popular que, desde su propia experiencia de lucha, avancen hacia mayores niveles de conciencia y confrontación de clase, generándole constantes problemas políticos al Estado con su intervención.
UyL: ¿Cómo sitúas el trabajo en el Movimiento Obrero y Sindical?
J. D.: Responder a esta pregunta exige partir de la realidad actual de la clase trabajadora que, sin duda, viene determinado por un aumento creciente de la precariedad y la desvalorización de la fuerza de trabajo.
Esta situación que, según Oxfam Intermon, condena a la pobreza al 12 % de las personas que trabajan no viene de la nada, muy al contrario, se debe al incremento constante de la explotación permitida por décadas de entreguismo sindical.
Esta realidad, que ha transformado a las organizaciones sindicales mayoritarias en estructuras sistémicas, cuya legitimidad como interlocutores sociales ya no depende de su afiliación, sino del reconocimiento institucional, es necesario denunciarla y transformarla.
Frente a la ofensiva antiobrera de la patronal, que progresivamente viene liquidando derechos laborales uno a uno con la aquiescencia sindical que todo lo justifica con la excusa del mal menor, es necesario levantar una fuerte contraofensiva fundamentada en prácticas sindicales de clase enfrentadas a las políticas de conciliación de clase y a la paz social.
Entendemos que solo desde la soberanía de la asamblea, como espacio natural para el desarrollo en la práctica de la unidad obrera, y una acción sindical que sitúe la huelga como la herramienta fundamental que tiene nuestra clase para defenderse y avanzar en sus derechos, es posible corregir esta situación que es preciso corregir sin más demora.
Hay que recordar que todo se ganó luchando y que si no se lucha, todo se perderá. Ningún derecho está consolidado, todo está en juego y hoy lo principal que está en juego es el derecho real a la negociación colectiva y el Sistema Público de Pensiones.
Para revertir esta situación, el compromiso con el desarrollo de las organizaciones sindicales vinculadas al Comité Estatal de la FSM es una prioridad irremplazable a la que, tras el Congreso, el PCPE reafirma su compromiso y orientará prioritariamente su trabajo militante.
UyL: ¿Es exagerado decir que vivimos una situación de guerra global?
J. D.: Entiendo que no. Esa es la opción del Imperialismo para el doble objetivo de revertir la crisis y recuperar su hegemonía en un mundo unipolar en el que vuelva a ser el único polo de dominación.
Recordemos que para el capitalismo “las guerras son un medio para prolongar la existencia del sistema capitalista en su conjunto”1y ese y no otro, es el objetivo que hay detrás de todas la guerras que existen ahora mismo.
Una situación de guerra que, acorde al nivel de la crisis, ya ha transitado a genocidio en el caso de Palestina y, por su posible desarrollo nuclear, amenaza a la propia existencia de la vida humana.
Cuando la sinrazón del Imperialismo, que no es otra cosa diferente a la fase superior de desarrollo del capitalismo, sitúa a la Humanidad y al Planeta a estos niveles de violencia, no es posible situarse en la indiferencia o la equidistancia. Solo hay una forma de calificar esta situación, pero, sobre todo, solo hay una manera de enfrentarla y solo puede ser desde el más firme y claro compromiso antiimperialista.
Pero al mismo tiempo, es preciso señalar que, frente a la violencia imperialista que destruye la Vida, en el seno de los pueblos nace la Resistencia que la defiende todos los días con sus acciones.
Como lo demostró la presencia destacada en nuestro Congreso de las delegaciones del FPLP y el FDLP, el PCPE está con la Resistencia y saluda todas las formas de lucha que legítimamente desarrollan los pueblos.
UyL: Entiendo que seguís defendiendo la necesidad de un Frente Mundial Antiimperialista, ¿es así?
J. D.: Efectivamente, en el Congreso revalidamos esta formulación estratégica que es urgente que se convierta cuanto antes en una realidad relevante para la lucha de los pueblos y no en una mera definición.
Enfrentar la guerra imperialista, las sanciones, bloqueos, la economía de guerra y el avance del fascismo, requiere de la más amplia alianza social y política. Un compromiso vinculado a la lucha de clases en el que el denominado Movimiento Comunista Internacional no puede ser un convidado de piedra incapaz de trasladar las orientaciones necesarias para su avance.
Salir de la retórica, de los espacios de confort en los que nunca se concreta nada, es una exigencia histórica que el MCI debe afrontar con urgencia sin más dilación y, en ese sentido, el PCPE adquiere un claro compromiso de dar los pasos necesarios para, de la mano de los partidos hermanos que compartan este objetivo, tomar todas las propuestas que vuelvan a posicionar la iniciativa de los partidos comunistas en un factor determinante para el desarrollo de la lucha de clases a nivel internacional.
El propósito de avanzar hacia la imprescindible Internacional Comunista es una cuestión de principios para el PCPE. Un compromiso totalmente acorde con el Internacionalismo Proletario que hemos vuelto a revalidar y al que nunca renunciaremos.
UyL: Se nos acaba el espacio, pero seguiremos….
