Este 4 de julio, el pueblo alicantino volvió a la calle para denunciar el genocidio que continúa perpetrando la entidad sionista denominada Israel contra Palestina. Un genocidio retransmitido en directo ante la mirada indiferente de gobiernos y organismos internacionales y con EEUU y la Unión Europea como cómplices necesarios de esta masacre.
La historia coloca a la cada cual, en su lugar, los pueblos estamos en el lado correcto, solidarizándonos con Palestina y su legítima resistencia contra el ocupante. El 7 de octubre del 2023 marcó un antes y un después porque supuso el principio del fin de la entidad sionista, que se encuentra en un momento especialmente delicado y cuya existencia sólo se justifica por ser el portaviones del imperialismo en la zona de Asia Occidental
Que nadie se equivoque, el genocidio que vive en sus propias carnes el pueblo palestino es la antesala de las guerras a las que nos pretenden arrastrar los EE. UU. y la OTAN durante los próximos años para defender su hegemonía económica y política en todo el planeta.
El derecho internacional y todas las estructuras internacionales creadas a partir de la II Guerra Mundial han perdido la poca legitimidad que tenían. No podemos confiar en que el fin del genocidio será decretado desde un tribunal y mucho menos por la “presión” de la Unión Europea o del gobierno de España. El cinismo, la hipocresía y la complicidad con el exterminio palestino son parte esencial de esas estructuras y, como integrantes de la comunidad internacional llevan meses consintiéndolo, legitimándolo de facto y, sobre todo, armándolo.
Un Gobierno, que se denomina el más progresista, que ha adjudicado más de 40 contratos de compra de armamento a la entidad sionista desde octubre de 2023 por valor de 1.041 millones de euros, que no ha tenido ni siquiera la decencia de romper relaciones diplomáticas ni mucho menos comerciales o de embargo de armas. Que permite el tránsito de cargamentos de muerte por su territorio y que oculta bajo una legislación franquista, la de secretos oficiales, los negocios de la muerte y compra venta de armas que tiene con la entidad colonial ocupante.
Pretender estar del lado de la víctima financiando al agresor es simple y llanamente cinismo y engaño deliberado, es un lavado de imagen para seguir permitiendo la ocupación. Equiparar el derecho legítimo a la resistencia, por todos sus medios, con el terrorismo de estado practicado por la entidad sionista es complicidad con el opresor.
Continuaremos movilizándonos y solidarizándonos con la Resistencia y con todos los pueblos que forman el Eje de la Resistencia contra el sionismo: Irán, Yemen, Iraq o el Líbano. Ejemplos de pueblos y/o gobiernos dignos que enfrentan hoy al mayor enemigo de la paz mundial: la entidad sionista de Israel.
¡Viva la Resistencia del pueblo palestino!
¡Viva Palestina libre!
PALESTINA VENCERÁ.
Moviment de Resistència Global D’Alacant