
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, declaró este jueves, en medio de otra nueva jornada de manifestaciones antigubernamentales, que los países occidentales buscan provocar el estallido de «una revolución de colores» en el país.
«Estamos luchando contra la poderosa maquinaria de los países occidentales que quieren romper la columna vertebral de Serbia con una revolución de colores«, aseveró el mandatario. En su acusación, dijo que se han invertido grandes cantidades de dinero en las protestas, que en algunos casos se han tornado violentas.
Vucic prometió responder a los disturbios mediante reformas de la Policía, del sistema judicial y de la Fiscalía.
«La Unión Europea no podrá actuar ahora con hipocresía y desviar la responsabilidad a otros», manifestó el mandatario, añadiendo que las protestas de esta noche se saldarán con «muchas más» detenciones que las de la tarde. «El Estado ganará», enfatizó, al tiempo que lanzó un llamamiento a la población por «la paz» y les instó «a no sucumbir a la violencia».
Opositores y simpatizantes del gobernante Partido Progresista Serbio (SNS) se enfrentaron esta jornada por segundo día consecutivo. Las protestas sacudieron todo el país, pero se concentraron sobre todo en Belgrado y en Novi Sad, donde se registraron incidentes entre manifestantes y la Policía, que dejaron heridos y se tradujeron en numerosas detenciones.
Los disturbios de esta noche se saldaron con al menos 42 policías heridos y 37 personas detenidas, informó el ministro del Interior, Ivica Dacic.
- Los acontecimientos de esta semana se enmarcan en la ola de descontento que ha sacudido Serbia en los últimos meses provocado por el derrumbe mortal de una marquesina de hormigón en una estación de tren en Novi Sad en noviembre de 2024.
- Las manifestaciones opositoras de finales de junio de este año estallaron después de que el Gobierno de Aleksandar Vucic se negara a atender un ultimátum emitido por grupos estudiantiles que pedían la disolución del Parlamento. Los manifestantes amenazaron con una «desobediencia civil» si el Gobierno no atendía su ultimátum.